• La organización ecologista colgó el
martes en una lona gigante el mensaje “Las macrogranjas
no existen”, escuchado en el debate político de estas
semanas sobre la ganadería, y lo ha completado con un
contundente “pero cerradlas ya”.
• En plena emergencia climática, no es momento de hacer
de la ganadería intensiva un arma electoral sino de
tomar las medidas necesarias para acabar con su
devastador impacto.
• De no hacerse nada, proyectos como la macrogranja
proyectada en Noviercas (Soria), con más de 23.000
vacas, podría ser realidad en un futuro próximo.
Activistas de Greenpeace se han colgado hoy en una
fachada de la Gran Vía de Madrid para pedir el fin de la
ganadería industrial y el cierre de las macrogranjas. La
organización colocó allí este martes una lona, de más de
30 metros, con la frase “las macrogranjas no existen”,
en clara alusión a las declaraciones que algunos
políticos están realizando estos días. Hoy han
completado la acción rematando el mensaje: “Las
macrogranjas no existen… pero cerradlas ya!”
Con esta denuncia en dos fases, la organización quiere
manifestar lo sorprendente que resulta que la clase
política española desoiga las evidencias sobre el daño
de la ganadería industrial y genere un circo mediático
sobre un tema indiscutible: las macrogranjas no solo
existen, sino que se están convirtiendo en uno de los
principales problemas ambientales de nuestro país.
Para el responsable de agricultura en Greenpeace España,
Luís Ferreirim, “No se debe convertir la
ganadería industrial en un arma electoral arrojadiza. En
plena emergencia climática no hay tiempo que perder sino
de solucionar. Greenpeace pide, a todos los partidos, y
en particular a quienes tienen en este momento
competencias sobre las macrogranjas, responsabilidad
para poner fin a este problema que está provocando el
incremento de las emisiones de gases de efecto
invernadero, envenenando las aguas del país, maltratando
a los animales y agravando el despoblamiento rural”.
La producción de carne ha crecido de forma exponencial
en España, casi un 1.000% desde los años 80, frente a
poco más del 150% en la UE o en otros países como
Alemanía, Dinamarca o Francia. La inmensa mayoría de
alimentos de origen animal producidos en España
provienen ya de la ganadería industrial y las
consecuencias están a la vista. La principal y más
tangible es que la Comisión Europea haya decidido llevar
a España ante el Tribunal de Justicia de la UE debido a
la grave contaminación del agua por nitratos que ha
dejado incluso a muchos pueblos sin agua potable. Según
la Comisión, España tiene un “problema sistémico” en su
modelo agroalimentario que ha llevado a esta situación.
Afirma además que el 81% de las aportaciones de
nutrientes a los sistemas acuáticos en Europa están
provocados por la ganadería, lo que deja claro cuál es
la principal causa de este grave problema. Por otro
lado, el 65% de las emisiones de gases de efecto
invernadero del sector agrícola (de las pocas que han
crecido en 2020) y el 94% de las emisiones de amoniaco,
declaradas en el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes
Contaminantes, están generadas también por la ganadería.
Si la ganadería industrial es claramente la predominante
en España, es también la principal responsable de estos
problemas.
Esta semana, el Gobierno ha aprobado un Real Decreto
para reducir la contaminación por nitratos, un paso para
afrontar este grave problema. Sin embargo, va a seguir
siendo insuficiente si no se va a la raíz del problema:
la agricultura y la ganadería industrial. Greenpeace
considera que se puede y debe hacer mucho más y, por
supuesto, la organización espera que se aplique y cumpla
esta nueva legislación.
Actualmente está también en preparación el primer Real
Decreto de ordenación bovina, al cual Greenpeace
presentó alegaciones. De no eliminarse o modificarse la
redacción actual de la “Disposición transitoria primera.
Resolución de expedientes en tramitación”, se permitiría
la puesta en marcha de los proyectos ya en trámite, como
el de Noviercas (Soria), donde se pretende explotar
hasta 23.520 vacas, más de 20 veces la capacidad máxima
establecida en el borrador de este Real Decreto. Después
del debate actual, sería indignante que esta macrogranja
se hiciera realidad, así como otras que están sobre la
mesa.
En España existen un total de 507.020 explotaciones
ganaderas activas, lo que significa que hay una
explotación ganadera por kilómetro cuadrado. La
superficie afectada por la contaminación por nitratos
(el área incluída dentro de las Zonas Vulnerables a
Nitratos) alcanza ya casi a una cuarta parte del país y,
solo en 2020, se sacrificaron más de 910 millones de
animales para consumo humano.
CON ESTAS CIFRAS, GREENPEACE DEMANDA URGENTEMENTE:
1.- Establecer una moratoria inmediata a la
ganadería industrial en todo el estado español, tanto a
nuevos proyectos como a ampliaciones de los existentes
así como a aquellos que están en tramitación;
2.- Reducir al menos un 50% la cabaña ganadera en
intensivo de aquí a 2030;
3.- Reducir el excesivo consumo de carne hasta
alcanzar un máximo de 300 gramos por persona a la
semana;
4- Apostar por la ganadería extensiva de base
agroecológica y de pequeña escala.
5.- La petición de Greenpeace para acabar con las
macrogranjas ya ha recogido casi 350.000 firmas, con un
incremento sustancial en los últimos días. Ahora
queremos llegar al medio millón para exigir acciones a
los dirigentes políticos.
Además de pedir el cierre de las macrogranjas, la acción
de Greenpeace quiere, también, invitar a reflexionar
sobre el negacionismo y los bulos (‘fake news’), dos
graves obstáculos que frenan muchas soluciones urgentes
en esta emergencia ecosocial en la que estamos y que han
estado muy presentes en el reciente debate sobre las
macrogranjas. |
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