• El portavoz de Compromís en el Senado,
Carles Mulet, ha exigido en la detrás sesión del pleno
del Senado, exigir en el Gobierno de España a que
negocie la suspensión de aranceles con los Estados
Unidos, especialmente los que afectan al calzado.
Mulet se ha manifestado en ese sentido ante la propuesta
del PP de exigir suspender el impuesto IDSD (Impuesto
sobre Determinados Servicios Digitales), que ha sido la
excusa del EE. UU. para aplicar aranceles a productos
españoles “Queremos que el impuesto se pueda mantener y
que se negocie la suspensión de los aranceles. Estas
leyes como el IDSD no van contra los Estados Unidos,
sino contra las empresas que facturan más y tributan
allí donde los es más ventajoso, a pesar de operar en
otros muchos países donde se dejan una parte ínfima de
sus beneficios. El Estado español tiene que negociar con
los Estados Unidos esos aranceles y se tienen que
establecer medidas compensatorias en estos aranceles.
Compromís también ha propuesto establecer programas que
beneficien a esta industria, aplazar impuestos sin
intereses, realizar campañas de consumo de calzado
fabricado en el Estado español, aumentar los controles
de importaciones de terceros países externos en la Unión
Europea para garantizar toda la calidad que se los
exige, programas que incentiven el cambio de maquinaria
y tecnologías, apertura mercados o asistencia a ferias,
etcétera.
Mulet ha recordado la lista de productos españoles
publicada de donde los Estados Unidos pretenden recaudar
155 millones de euros de pymes españolas incluye 36
líneas arancelarias en artículos como el cristal, las
bolsas, el calzado, los cinturones, gambas, pulpos o
sombreros. Los Estados Unidos han reiterado que su
intención es encontrar una solución multilateral. El
periodo de liquidación será trimestral por el hecho que
el primer pago se ha tenido que realizar el 15 de abril
de 2021. Este impuesto solo afecta, en principio, a las
multinacionales con un importe neto de negocios en el
año superior a 750 millones de euros y con un importe
total de ingresos superior a 3 millones de euros. Por lo
tanto, estamos a favor del mantenimiento de este
impuesto.
Los Estados Unidos ahora apuestan por una fiscalidad
global, para la cual apunta hacia una arquitectura de
tributación internacional. Para llegar a este punto han
sido necesarias leyes como la de este impuesto. El
dinero que se queda en el Estado español de esas grandes
empresas es dinero que sirve para pagar prestaciones,
invertir, comprar vacunas o ayudar a los damnificados
por la crisis que estamos vivimos. La OCDE parece que
dictaminará una propuesta consensuada a mediados de este
2021 y España ha establecido el impuesto provisional
hasta la entrada en vigor de la solución adoptada
internacionalmente. Mientras tanto, - según Mulet- lo
que tenemos que hacer es cuidar nuestras pequeñas
empresas, especialmente las valencianas, que cuentan con
clústeres afectados, que asumirían el 50% de la factura
de los aranceles americanos que hemos explicado, frente
al 0,01%, por ejemplo, que asumirían las empresas del
País Vasco o el 6% que asumirían las empresas de
Cataluña o Madrid.
LA IMPORTANCIA EN EL PAÍS VALENCIANO DEL CALZADO
Mulet recordó en su intervención en el Senado que
Estamos hablando de Elche y de todos los pueblos de su
alrededor. La historia del calzado a nuestro país no se
entiende sin la ciudad de Elche. Esta población y otras
muchas como Villena, Petrer, Elda y buena parte de las
comarcas del Vinalopó han tenido una importancia capital
en la industria de nuestro país.
Durante el pasado siglo, gente llegada de Albacete,
Granada, Almería, Murcia o Extremadura se mudaron en la
ciudad de Elche, que pasó en pocos años de tener 40.000
habitantes a los casi 230.000 que tiene en la
actualidad. En los años 60, la expansión económica
exportó calzado en los Estados Unidos y a Europa. Hoy,
Elche tiene una nueva generación de industrias modernas,
es una zona manufacturera especializada en zapato
masculino que ha sufrido ya deslocalizaciones y sufre la
competencia desleal de los países del este asiático. El
sector emplea a un gran número de mujeres, trabajadoras,
que son las denominadas aparadoras, surgidas en los años
60. Mujeres que trabajaban desde casa para cuidar en el
mismo tiempo sus hijos. Existe también una fuerte
economía sumergida, sin contratos y sin derechos. Son un
sector muy feminizado y también tremendamente precario.
Después de la COVID-19, el 90% de las empresas ha
presentado ERTES, el 85% han tenido que acogerse a
avales del ICO y la actividad industrial ha caído en un
60% y en la mitad, el volumen de negocio previo a la
pandemia. El paro en el calzado y el cuero ha crecido
casi un 10% en 2020 a causa de la pandemia, con todo el
que esto supone. El consumo mundial de calzado ha caído
un 22,5% por culpa de la COVID. El calzado vuelve a ser
el peor sector industrial en el Índice de Producción
Industrial emitido en agosto de 2020. La ocupación en el
calzado ha retrocedido a cifras de hace una década. El
del calzado es, sin duda, uno de los sectores más
afectados por la crisis del coronavirus. Y por eso hay
que proponer medidas que realmente aporten soluciones
directas para el sector, y no perdernos por el camino en
propuestas que solucionarán la problemática que tiene. |
• © valenciadiario.com
© valenciadiario.es - 2015-2020 (Todos los derechos
reservados).
• Queda terminantemente prohibida la reproducción total
o parcial de los contenidos ofrecidos a través de esta
Web, salvo autorización expresa de valenciadiario.com, o
de valenciadiario.es.
• Queda prohibida toda reproducción a los efectos del artículo
32,1, párrafo segundo, Ley 23/2006 de la Propiedad
Intelectual.
• Queda prohibida la distribución, puesta a disposición,
comunicación pública y utilización, total o parcial, de los
contenidos de esta Web, en cualquier forma o modalidad, sin previa,
expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera
reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o
revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente
lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. |