• El presidente de Estados Unidos, Joe
Biden, convoca una cumbre virtual sobre el clima con 40
líderes mundiales para los días 22 y 23 de abril.
• En vísperas de la cumbre del Día de la Tierra, Oxfam
hace un llamamiento al presidente Biden y a las y los
líderes mundiales presentes en este encuentro virtual
para que incrementen la ambición de sus medidas contra
el cambio climático.
“Para compensar sus años de inacción, Estados Unidos
debe adoptar medidas urgentes e inclusivas que permitan
transformar los sistemas e instituciones, para así hacer
frente a la crisis climática y trabajar en beneficio de
las comunidades excluidas,” afirma Abby Maxman,
presidenta y directora de Oxfam América. “El cambio
climático y la desigualdad son dos caras de la misma
moneda; la cumbre del Día de la Tierra debe ser el punto
de partida para empezar a abordar ambas crisis
conjuntamente".
La mitad más pobre de la población mundial, 3.100
millones de personas, es responsable de tan solo una
pequeña parte de las peligrosas emisiones de carbono.
Sin embargo, son las personas más pobres y vulnerables —
que disponen de menos recursos y han contribuido en
mucha menor medida a provocar el problema— quienes están
soportando la carga de la crisis climática. Por otro
lado, está el 10 % más rico de la población mundial, que
ha generado más de la mitad de las emisiones de carbono
a nivel global.
Las necesidades de las personas más vulnerables deben
estar en el centro tanto de la cumbre del Día de la
Tierra como de la agenda de cambio climático de la
administración Biden. Históricamente, Estados Unidos ha
sido el mayor emisor de carbono y, por lo tanto, tiene
una especial responsabilidad a la hora de reducir sus
emisiones de manera urgente y ambiciosa, así como de
ayudar a las personas y países más pobres a adaptarse y
dar respuesta a los impactos del cambio climático.
“Las medidas de Estados Unidos para luchar contra el
cambio climático deben basarse en la justicia global; no
sólo deben ser una declaración de intenciones política y
científica, sino un imperativo moral,” afirma Maxman.
“Estados Unidos debe plantear un objetivo climático
ambicioso con el que contribuya en la medida que le
corresponde a la reducción de emisiones a nivel global;
dicha meta debe ser un paso hacia la reducción total de
las emisiones en las próximas dos décadas. Se lo debemos
a las personas más vulnerables. Si no lo hacemos,
parecería que estamos eludiendo nuestra responsabilidad,
a nivel global, de apoyar a quienes ya están sufriendo
los devastadores impactos del cambio climático”.
El Acuerdo de París, que ya ha cumplido cinco años,
supuso un hito histórico en la lucha contra la crisis
climática global. Los Estados acordaron establecer
objetivos voluntarios de reducción de emisiones, a fin
de mantener el calentamiento global por debajo de los
1,5°C y, al mismo tiempo, mejorar la capacidad de los
países para adaptarse a los impactos del cambio
climático. Sin embargo, la mayoría de los países no
están adoptando medidas suficientes para cumplir con sus
objetivos climáticos.
“La cumbre del Día de la Tierra reunirá a los mayores
emisores del mundo con los países más vulnerables. El
presidente Biden debe aprovechar esta oportunidad para
actuar de forma urgente y establecer compromisos más
ambiciosos, promoviendo que otros dirigentes hagan lo
mismo,” dice Maxman. “Antes de la 26ª Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que
se celebrará en Glasgow, Estados Unidos y otros países
ricos deben acordar compromisos más ambiciosos en la
lucha contra el cambio climático, entre ellos reducir de
forma significativa las emisiones a nivel global e
incrementar la financiación para apoyar a los países
vulnerables, que no sólo son los menos responsables de
la crisis climática, sino quienes están en peores
condiciones de hacerle frente”.
Mientras la comunidad científica alerta de que estamos
en una carrera contrarreloj para limitar los incrementos
de temperatura y adaptarse a un clima que ya cambiante,
debemos aprender de las duras lecciones que nos está
dejando la pandemia de COVID-19. Hemos sido testigos de
las consecuencias de la inacción, que se ha cobrado
cientos de miles de vidas y ha llevado a millones de
personas al hambre y la precariedad.
“Las y los líderes mundiales no deben ignorar las
lecciones de la pandemia, sino que deben poner las
medidas para abordar ambas crisis, la climática y la de
desigualdad, en el centro de la agenda de recuperación
tras la COVID-19”, concluye Maxman. “Es el momento de
adoptar medidas más valientes y ambiciosas que permitan
construir un futuro más digno y resiliente en el que
todas las personas puedan prosperar, no solo
sobrevivir”.
De igual manera, Oxfam Intermón (la afiliada de Oxfam en
España) señala que Pedro Sánchez debe dar una señal
positiva en la cumbre del clima virtual convocada por
Biden, ahora que la tan esperada Ley de Cambio Climático
y Transición Energética ha sido recientemente aprobada.
La organización recuerda que en ella se recoge y
coordina toda la acción climática a escala estatal,
referenciada al Acuerdo de París. Sin embargo, los
objetivos de reducción de emisiones (reducir 23% las
emisiones de GEI para 2030) son muy insuficientes, y
esta sería una buena oportunidad de anunciar mejoras. |
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