• El Gobierno sigue financiando al sector
de la automoción, tras anunciar ayer Industria más de
10.000 millones mientras el transporte sostenible está
en riesgo de quiebra.
• La fiscalidad del diésel, los peajes de las autopistas
y las nuevas tasas de la aviación deben servir para
dotar de más fondos al transporte público, servicio
esencial en las ciudades durante la pandemia.
• Greenpeace envía un documento de propuestas al
Ministerio de Transportes en el que además incluye cinco
puntos para mejorar el ferrocarril, el modo de
transporte menos contaminante frente al avión y al
automóvil.
A las puertas de que comience en el Congreso el debate
sobre la nueva Ley de Movilidad, Greenpeace recuerda que
el transporte público ha sido un servicio fundamental
durante el confinamiento, garantizando el acceso a los
puestos de trabajo esenciales, y demanda un mecanismo
estable de financiación estatal donde la fiscalidad
verde se destine a impulsar el transporte sostenible.
La organización ecologista propone un fondo de
financiación que se nutriría de ingresos procedentes de
peajes en autopistas, tasas al transporte contaminante
(como la aviación) o aportaciones de grandes generadores
de movilidad, como sucede cuando una gran empresa
deslocaliza su sede obligando a su personal a
desplazarse fuera de la ciudad.
Esta propuesta forma parte del paquete de medidas
elaborado por Greenpeace para la futura Ley de
Movilidad, una iniciativa del Ministerio de Transportes,
Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) que deberá
proporcionar un marco estable de regulación,
planificación y financiación para la movilidad estatal.
La elaboración de esta ley fue una de las demandas de
Greenpeace a los partidos de las pasadas Elecciones
Generales en 2019. Unas propuestas destinadas a lograr
un modelo de movilidad socialmente justo y que consiga
reducir las emisiones del transporte, un sector
actualmente responsable del 29% de las emisiones de CO2
a nivel nacional.
Greenpeace advierte que la demanda del tráfico rodado se
ha recuperado mucho más rápido que la del transporte
público y recuerda que la contaminación atmosférica
supone más de 31.600 muertes prematuras al año en
España, según los datos publicados ayer por la Agencia
Europea de Medio Ambiente. Por este motivo, la
organización ecologista demanda a las administraciones
más medidas para evitar los picos de contaminación que
agravan la incidencia y letalidad de las enfermedades
respiratorias, incluyendo la COVID-19.
TRATO DESIGUAL A LA AUTOMOCIÓN
Las propuesta de Greenpeace para la Ley de Movilidad
supondría dar la vuelta a un esquema de financiación que
sigue priorizando los intereses de las industrias más
contaminantes. Justo ayer el Ministerio de Industria
anunció que destinará al sector de la automoción 10.000
millones de euros procedentes de los fondos de
recuperación de la Unión Europea, una cantidad que
triplica los 3.750 millones prometidos inicialmente en
junio para ayudas al automóvil y que se suma a los 1.500
destinados a rescatar compañías aéreas. Estas grandes
cantidades contrastan con los fondos dedicados al
transporte público, que a día de hoy se limitan a un
fondo de 800 millones para el transporte regional y 275
para el urbano, estos últimos aún sin confirmar.
“Desde el Gobierno insisten en anunciar un nuevo modelo
de movilidad basado en transportes limpios, pero cuando
toca repartir fondos la mayor parte se la llevan las
industrias más contaminantes, perpetuando un modelo
dependiente del coche que se ha demostrado insostenible
con el clima y que deja fuera a gran parte de la
población”, ha declarado Adrián Fernández, responsable
de la campaña de movilidad de Greenpeace, quien lamenta
que “demandas tan evidentes como equiparar la fiscalidad
del diésel se utilicen como moneda de cambio en los
Presupuestos, demostrando la influencia que el sector
del motor sigue ejerciendo en la política”.
CINCO PROPUESTAS PARA IMPULSAR EL FERROCARRIL
Greenpeace destaca el papel del ferrocarril para
descarbonizar el transporte, un sector donde el 85% de
las emisiones proceden del coche y el avión. Ya el
pasado mes de agosto la organización reclamó al
Ministerio de Ábalos “más trenes y menos aviones” para
luchar contra la crisis climática, denunciando los
recortes en Renfe tras el confinamiento.
El próximo 2021, coincidiendo con el Año Europeo del
Tren, desde Greenpeace se solicita al Gobierno que
destine más inversión de los fondos europeos a mejorar
el transporte por ferrocarril a través de cinco medidas
concretas, que también se han incluido en las propuestas
remitidas al MITMA para la Ley de Movilidad.
- Revertir los recortes de horarios producidos tras el
confinamiento.
- Recuperar los Trenhotel e impulsar los trenes
nocturnos a nivel europeo.
- Incrementar la cuota de mercancías por tren,
actualmente por debajo del 5%.
- Tarifas más accesibles a toda la ciudadanía.
- Suprimir los vuelos cortos cuando exista una
alternativa competitiva en tren. |
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