• La Agencia de la ONU para los
Refugiados, ACNUR, está extremadamente preocupada por el
incremento de los ataques violentos contra civiles
desplazados a manos de grupos armados en el este de la
República Democrática del Congo (RDC).
ACNUR ha hecho un llamamiento a las autoridades para que
refuercen la presencia de la policía y de fuerzas
militares con el apoyo de la Misión de la Organización
de la ONU para la Estabilización en la RDC (MONUSCO), al
objeto de que mejore la situación de seguridad y que se
lleve ante la justicia a los responsables.
La RDC tiene una de las tasas más altas de
desplazamiento interno del mundo. Más de 5 millones de
personas se encuentran desarraigadas por la inseguridad
dentro de las fronteras del país, mientras que casi un
millón de refugiados congoleños han tenido que buscar la
seguridad en los países vecinos.
ACNUR está recibiendo informes sobre la forma en la que
los grupos armados están infundiendo el terror entre la
población que huye, en asentamientos de desplazados y
áreas de acogida y también entre los que intentan
regresar, con asesinatos, mutilaciones, violencia sexual
y pillajes.
La población desplazada también está siendo objeto de
represalias cuando es percibida como colaboradora del
ejército, por parte de los grupos armados que retornan a
áreas de las que el ejército se ha retirado tras
haberlas liberado.
En las últimas ocho semanas, ACNUR y sus socios han
registrado múltiples ataques por grupos armados sobre
asentamientos de desplazados y pueblos, principalmente
en el territorio Kjugu, en Ituri, en los territorios de
Fizi y Mwenga en la provincia de Kivu Sur, así como en
los territorios de Masisi y Rutshuro en la provincia de
Kivu Norte.
En un ataque perpetrado el 17 y 18 de junio en el
territorio de Djugu, dos niños, dos hombres y una mujer
fueron brutalmente asesinados y decapitados con machetes
y más de 150 casas fueron incendiadas por un grupo
armado en dos pueblos que acogían a población
desplazada.
Posteriormente, el 23 de junio, casi 5.000 personas se
vieron forzadas a huir de sus hogares en la provincia de
Kivu Norte por el continuo conflicto entre dos grupos
armados en la ciudad de Mweso. Los atacantes saquearon
las escuelas donde se habían refugiado muchas personas.
En estos momentos distintos grupos armados están
ocupando decenas de pueblos.
En Kivu Sur, un asentamiento de desplazados en Mikenge,
en el territorio de Mwenga, fue atacado en dos ocasiones
por grupos armados en mayo y en junio. El mismo
asentamiento, había sido utilizado por miembros de un
grupo armado para esconderse, lo que puso en riesgo el
carácter civil del asentamiento a pesar de que los
residentes no tenían forma de detener las acciones de
las milicias.
Los ataques actuales se suman a una situación de
desplazamiento ya compleja en el este de la RDC y supone
un enorme riesgo para la población que se ha visto
forzada a abandonar sus hogares. El nuevo desplazamiento
también pone una mayor presión en las áreas de acogida
de personas desplazadas, que carecen de lo más básico
como agua, alimentos o servicios de salud.
Las mujeres y niñas se encuentran entre la población en
mayor riesgo, habiendo aumentado en los últimos meses el
número de ataques con violencia sexual y de género. Solo
en el último mes, se registraron más de 390 casos de
violencia sexual en las provincias de Ituri, Kivu Norte
y Kivu Sur. La mayoría de los ataques son perpetrados
por grupos armados, aunque también hay muchos que
presuntamente se atribuyen a los miembros de los
servicios de seguridad congoleños.
El continuo conflicto está dificultando enormemente el
acceso de la población a la ayuda que necesitan. Los
ataques contra centros de salud y el saqueo de
botiquines de profilaxis post-exposición, que incluyen
medicamentos antiretrovirales para tratar a personas que
podrían haber quedado expuestas al VIH, están
dificultando los esfuerzos para proporcionar asistencia
médica a los supervivientes de los ataques.
A pesar de los retos para acceder a algunas áreas, ACNUR
continúa trabajando con las autoridades locales y los
actores humanitarios en las tres provincias para
facilitar el traslado de las personas supervivientes de
violencia sexual a los centros de salud más próximos, al
objeto de que puedan recibir el tratamiento médico que
requieren dentro de las 72 horas siguientes a un ataque.
ACNUR continúa proporcionando asistencia a la población
desarraigada, que mayoritariamente son mujeres, niños y
niñas, mediante cobijo, ayuda humanitaria y prestaciones
económicas.
La Agencia de la ONU para los Refugiados está apoyando
también a los miembros de la comunidad de desplazados
internos y a la población que les acoge, que juega un
rol fundamental para responder a las necesidades de
protección de las comunidades. Sus esfuerzos tienen un
impacto en la calidad de vida, en asegurar una mayor
libertad por parte de las milicias que controlan y, en
algunos casos, haciendo posible que los perpetradores de
la violencia sean llevados ante la justicia. Su
constancia documentando estas situaciones es una fuente
de información muy importante para la respuesta
humanitaria.
Ante unas necesidades ingentes y crecientes, ACNUR
solicita mayor apoyo económico para la operación en la
RDC, que actualmente sólo ha recibido el 21% de los 168
millones de dólares estadounidenses que requiere. |
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