• La Conselleria ha remitido un protocolo
a los servicios sociales de atención primaria y a las
unidades de trabajo social sanitario.
• Mónica Oltra ha explicado que "siempre se priorizará
la atención en el entorno del niño, niña o adolescente
afectado por esta situación".
La vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas
Inclusivas, Mónica Oltra, ha explicado que su
departamento ha elaborado un protocolo que vela por la
protección de los niños, niñas y adolescentes que queden
desprotegidos porque sus padres, madres o las personas
tutoras, acogedoras o cuidadoras que se hacen cargo de
ellos resulten afectadas por COVID-19 y no puedan
atenderles.
El protocolo, elaborado desde la Dirección General de
Infancia y Adolescencia y remitido a los servicios
sociales de atención primaria y a las unidades de
trabajo social sanitario, será de aplicación en aquellos
casos en los que las personas progenitoras o tutoras
estén hospitalizados o hayan quedado aisladas en sus
domicilios, sin posibilidad de prestar atención a los
niños o niñas.
La vicepresidenta ha señalado que el objetivo es "estar
preparados por si se produce alguna situación de estas
características", y ha añadido que en la elaboración del
mismo se ha primado que la persona menor de edad pueda
quedarse en su entorno conocido, "primando las
intervenciones en su propio medio escolar, social y
familiar" y preservando "las relaciones
interpersonales", manteniendo unidos a los hermanos y
hermanas en las medidas de protección que se adopten.
"En todos los casos se contará con la colaboración de la
persona protegida y de su familia", afrontando la toma
de decisiones desde "el consenso", ha indicado, y ha
puntualizado que en este sentido se garantiza el derecho
de las personas menores de edad a recibir "de forma
accesible y adaptada a las circunstancias información
sobre su situación y de las medidas de protección" que
se le van a garantizar.
La intervención, que se realizará en aquellos casos que
lo requieran, será mínima y proporcionada, "evitando
cualquier injerencia innecesaria en la vida de la
persona protegida y de su familia", ha garantizado la
vicepresidenta, y ha indicado que por ese motivo siempre
que sea posible se contactará con la familia más
allegada para que se hagan cargo de los niños o niñas
que se encuentren desprotegidos.
Oltra ha señalado que, en aquellos casos en los que no
exista una alternativa de atención en el entorno, se
valorará si es posible ejercer la guarda mediante un
acogimiento familiar de urgencia y, solo en los casos en
los que resulte imposible, se derivará a los niños,
niñas y adolescentes a una de las unidades de
convivencia previstas para esta situación.
UNIDADES DE CONVIVENCIA
Las unidades de convivencia se han planteado como "un
espacio amigable basado en la creación de un ambiente
hogareño, confortable y cálido, con una equipación y
decoración adecuada al uso a que se destina, y a las
edades de las personas menores de edad que allí
residan", ha manifestado la vicepresidenta, quien ha
explicado que el diseño de las mismas está inspirado en
el nuevo modelo residencial para la infancia y la
adolescencia en situación de desprotección puesto en
marcha la pasada legislatura.
Se respetarán, en todo momento, la religión, identidad
de género, identidad cultural y otras opciones
personales, siempre y cuando sean compatibles con la
Convención de los Derechos del Niño y se garantizará la
participación de los niños y niñas durante todo el
proceso, estableciendo mecanismos y espacios de
participación adaptados a su edad y madurez.
Asimismo, se le asignará una persona de referencia
dentro de la unidad de convivencia para establecer un
vínculo de afecto y seguridad con la persona acogida y
para evitar que esta tenga que explicar en diferentes
ocasiones su situación o información personal, ha
indicado la vicepresidenta.
Oltra ha incidido en que se trabajará para que la
estancia en el recurso sea "lo más parecido en el día a
día en el hogar familiar".
En este sentido, se le permitirá llevarse sus enseres
personales con el fin de hacer más suyo el espacio de
convivencia y se habilitarán los medios necesarios para
mantener contacto con sus familiares, amistades y red de
apoyo.
El protocolo también contempla la realización de un plan
individualizado de estancia que permita minimizar el
impacto emocional y psicológico, y en el que se
incluirán salidas en el caso de niños, niñas y
adolescentes con necesidades especiales, como puedan ser
conductas disruptivas o trastorno del espectro autista,
entre otros.
COMUNICACIÓN A LA FISCALÍA
El protocolo establece que en todos los casos, todas las
medidas adoptadas serán comunicadas a la Fiscalía de
Menores de la provincia correspondiente, y también
incluye recomendaciones para los y las profesionales
sobre cómo afrontar la situación tanto en el caso de los
niños o niñas como de los y las adolescentes.
La vicepresidenta ha incidido en que el trabajo que se
realice en estos casos, como el que se hace en cualquier
política dirigida a personas menores de edad, se basa en
"un trato personalizado, afectivo, digno y respetuoso". |
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