• España es el tercer país del mundo con
más espacios de importancia internacional, reconocidos
por la Convención Ramsar, pero más de la mitad sufre
algún tipo de amenaza.
• WWF pide al Gobierno que actualice y dote
presupuestariamente al Plan Estratégico Español para la
Conservación y Uso Racional de los Humedales que data de
1999.
Los humedales son espacios vitales para el bienestar
humano pero se están secando a un ritmo alarmante a
nivel mundial: se estima que la extensión de humedales
ha disminuido en un 70% a lo largo del siglo XX. En
España, en cuatro décadas han desaparecido el 60% de los
humedales y lagos naturales en España, según el Plan
Estratégico Español para la Conservación y Uso Racional
de los Humedales, una cifra que desde 1999 posiblemente
se haya incrementado. Por ello, WWF en el Día de los
Humedales, pide al Gobierno que actualice y dote de
presupuesto a este Plan para proteger los humedales
nacionales.
Históricamente los humedales se menospreciaron por
considerarse terrenos baldíos, por lo que fueron objeto
de políticas y programas de desecación y saneamiento.
Durante los dos últimos siglos, muchos humedales se
reconvirtieron en tierras agrícolas, y en la actualidad
las mayores transformaciones se deben a la regulación
del agua, sobreexplotación, desarrollo industrial
urbanístico y explotación turística.
España cuenta con 75 humedales de importancia
internacional, que suman más de 304.000 hectáreas,
reconocidos por la Convención Ramsar. Entre ellos hay
humedales emblemáticos como Doñana, Las Tablas de
Daimiel o el Delta del Ebro que están seriamente
amenazados. Sin embargo existe una falta de
actualización del Inventario Español de Zonas Húmedas
para tener una cifra de la riqueza de humedales
españoles y conocer su estado de conservación.
La sobreexplotación, la contaminación y la regulación de
sus aguas, la introducción de especies exóticas
invasoras o el urbanismo se beben y deterioran sus aguas
afectando a una biodiversidad exclusiva y a unos
servicios ambientales de gran valor. El cambio climático
agrava aún más los impactos de estas amenazas y sus
efectos pueden suponer cambios radicales.
“Después de varias décadas sin que la Administración
haya tomado las medidas necesarias, pedimos un mayor
compromiso político para la protección y restauración
ecológica de los humedales para estar más preparados y
poder afrontar los impactos del cambio climático”,
afirma Teresa Gil, responsable del programa de agua de
WWF.
España tiene una elevada diversidad de humedales que
destaca a nivel europeo aunque hasta el momento se
desconoce el número total de humedales que existen y su
ubicación.
Un estudio elaborado en 1991 estimaba que existían más
de 1.400 humedales mayores de 0,5 hectáreas. Aunque el
Inventario español de zonas húmedas identifica 320, de
los cuales el 19% presenta un estado de conservación
alterado o muy alterado, el 49% está conservado y el 32%
bien conservado, según el Ministerio para la Transición
Ecológica y el Reto Demográfico.
Para paliar esta carencia en noviembre del año pasado,
WWF presentó un inventario de humedales de las Islas
Baleares, localizando 358 zonas húmedas. Este
desconocimiento especialmente de los humedales más
pequeños, ha conllevado una falta de protección, y por
consiguiente, un grave deterioro de su estado de
conservación.
El deterioro de los humedales resulta especialmente
preocupante cuando multitud de investigaciones
científicas han demostrado su papel para la mitigación y
adaptación al cambio climático debido a su enorme
capacidad para capturar carbono, pero también para
proteger las costas de los efectos devastadores de las
tormentas y para almacenar agua.
“Gestionar los ríos, humedales y acuíferos de manera
sostenible es una herramienta imprescindible para
abordar los problemas de seguridad hídrica que ya
estamos padeciendo, que incluyen mayor ocurrencia de
fenómenos extremos de inundaciones y sequías, así como
problemas para asegurar la provisión de agua en cantidad
y calidad suficiente. Tenemos que trabajar con la
naturaleza, no en contra de ella”, afirma Teresa Gil.
Por ello, desde WWF consideramos que es un momento clave
para que el Gobierno actualice y dote económicamente el
Plan Estratégico Español para la Conservación y Uso
Racional de los Humedales -que data de 1999- de forma
participativa y de establecer prioridades y criterios
para restaurar ecológicamente estas zonas húmedas y
puedan recuperar sus funciones, albergar una
biodiversidad única y proveernos de servicios
ambientales imprescindibles para el ser humano. |
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