laveudegandia.com / laveudelasafor.com

Diario de actualidad de la comarca de La Safor / Valencia


El proceso del duelo
Foto: Pixabay/2019
Fuente: Yolanda Medina Ortega
Valencia 16
de octubre de 2019

NO REPRIMAS TUS LAGRIMAS CON PASTILLAS

 

• Cuando perdemos a un ser querido necesitamos hacer el duelo, procesar nuestra pérdida.
• El proceso puede ser diferente para cada uno de nosotros, pero igual de necesario para todos.
• El duelo nos permite recobrar nuestro equilibrio emocional y físico, adaptarnos a los cambios y retos con los que la perdida nos deja, y volver a dar un significado a nuestras propias vidas.

Pero ¿Qué conlleva el duelo? ¿Es un asunto de dejar que el tiempo pase? ¿De resignarnos a la voluntad Divina? ¿Quizá de olvidar? ¿De negar o reprimir lo que nos está sucediendo? Sabemos que no.

Hoy en día, y cada vez más, nuestro sistema médico trata al doliente como una persona enferma a la que hay que curar, es decir, medicar con los medios disponibles, olvidando que el duelo es un proceso natural, y que las lágrimas  compartidas nuestras mejores pastillas.

Es muy probable que, ante una muerte trágica o inesperada de un ser amado, podamos necesitar apoyo médico, principalmente en los primeros momentos del suceso.

Pero medicar nuestras pérdidas no es la mejor, ni más fiable, manera de hacer nuestro duelo. Al contrario, puede llevarnos a que nuestro dolor quede congelado en nosotros, y nos impida elaborar nuestros sentimientos y emociones.

El duelo no es reprimir, negar, ni evitar lo que sentimos, es vivir lo que nos está pasando. Hay dolor en nuestras pérdidas, es por ello que a la persona que está en duelo se le llama doliente.

Y el doliente necesita compartir su dolor tal y como lo está sintiendo, sin que nadie quiera cambiar lo que está viviendo, en esos momentos en que todo parece derrumbarse. La compañía y la escucha de un buen amigo o un miembro cercano de la familia, puede ser la mejor de las medicinas.

Cuando no disponemos de esos apoyos, sentimos que el dolor nos supera y no avanzamos. Buscar la ayuda de un profesional en este campo será la mejor manera de cuidarnos. Continuar con nuestra vidas como si nada hubiera pasado tampoco es la fórmula de resolver nuestra pérdida. A la larga, el dolor que se nos queda dentro se convierte en sufrimiento y nos enferma.

William Worden, profesor de psicología en Harvard y experto en terapia de duelo, propone un modelo de cuatro tareas para hacer nuestro duelo. El doliente ya no es un ser pasivo en su dolor, sino activo en su propio proceso de pérdida.

* La 1ª de las tareas de Worden es:

ACEPTACIÓN DE LA REALIDAD DE LA PÉRDIDA

Aceptar lo irreversible de la muerte: que nuestro ser querido no va a volver. Una tarea a la que nos solemos resistir por el dolor en el que nos sumerge. De hecho, en los primeros momentos podemos entrar en un estado de shock inicial, para protegernos,‘anestesiarnos’ del desgarro que nos sobreviene.

Llevar a cabo esta tarea implica hablar de nuestro ser querido, de las cosas que nos gustaban de él y también de las que no nos gustaban tanto; de la relación que tuvimos e incluso de las circunstancias que acompañaron a su muerte.

A veces, en las familias, se crea el pacto del silencio: nadie habla del ser amado que ya no está. Dejando a cada miembro, especialmente a los niños, vulnerables ante la pérdida y su dolor. Habla y hablales del ser querido, recordadlo juntos.

De no hacer esta tarea, podemos terminar peleados y resentidos con la vida por no aceptarla.

* La 2ª de las tareas de Worden es:

ELABORAR EL DOLOR Y LAS EMOCIONES DE LA PÉRDIDA

Rabia, enfado, tristeza, culpa, soledad, angustia, ansiedad, impotencia. Son emociones que podemos sentir debido al impacto de la pérdida. Pero, también alivio o sensación de emancipación ante una enfermedad prolongada que ya terminó.

Emociones, con las que tendremos que trabajar para resolverlas y ser capaces de dejar partir. De otra forma no podremos avanzar en nuestro duelo, y corremos el riesgo de quedarnos ahí, sin avanzar tampoco en nuestra vida. Anclados en una realidad, la de la pérdida, que no podemos cambiar.

* La 3ª de las tareas de Worden es:

ADAPTARSE A UN ENTORNO EN EL QUE EL FALLECIDO NO ESTÁ

Una pérdida importante deja un vacío en nosotros. El vacío de sus llamadas, que ya no se producen; el de su voz, que ya no la oímos; de su presencia que ya no está. Su ausencia ha dejado un vacío.

Quizá ya no seamos madres o padres porque fue nuestro hijo el fallecido. O ya no seamos la esposa, el marido, la hermana, el hijo o la amiga. Dependiendo del vínculo y del rol que mantuviéramos con ese ser querido podemos experimentar la pérdida de nuestra propia identidad, y tendremos que reconstruirla.

Reconstruir nuestra vida sin esa persona a nuestro lado. De eso se trata esta tarea. Quizá aprender cosas prácticas como a llevar la casa, cocinar, manejar las cuentas, pagar facturas, si eran las parcelas que el otro realizaba.

Quizá aprender nuevas habilidades, como tomar decisiones sin el apoyo del otro, socializar con otras personas, o salir de nuestro entorno. Igualmente dejaremos de hacer cosas que hacíamos para el otro, que ya no son necesarias.

Aprender a invertir el tiempo y la energía que dedicábamos a esa persona, y a nuestra relación con ella, en otras ocupaciones y proyectos. Esta tarea presenta muchos y diferentes retos y cambios para el doliente, y paradójicamente la oportunidad de verse capaz de afrontarlos.

* La 4ª de las tareas de Worden es:

RECOLOCAR EMOCIONALMENTE AL FALLECIDO Y CONTINUAR VIVIENDO

Esta tarea nos lleva a dar un nuevo significado a nuestras vidas, y nos empuja a vivirlas. No se trata de olvidar a nuestro ser querido, sino de encontrar un lugar en nuestro interior donde siempre nos acompañe.

El vinculo que teníamos no desaparece con la muerte, seguimos vinculados a ese ser, aunque de manera distinta. Y ese nuevo vínculo nos puede dar la fuerza para continuar con nuestra vida y vivirla, incluso, de una forma plena.

Cuantas veces una pérdida importante nos lleva a una transformación y crecimiento personal. La vida puede tomar dimensiones o rumbos que ni siquiera habíamos sospechado. Es el regalo que esa persona amada nos hace, desde ese lugar donde permanece en nosotros. Continuar viviendo no es una traición a nuestro ser querido, más bien un homenaje.

Las pérdidas importantes no son sólo aquellas causadas por la muerte. Un divorcio, un despido, la pérdida del estatus social, o económico, la perdida de facultades, una enfermedad, un proyecto malogrado, la marcha de un hijo de la casa familiar pueden representar perdidas igualmente significativas, por las que tendremos que hacer el duelo.

Y el duelo requiere tiempo para elaborarlo, muchas veces un largo y duro camino. El camino de las lágrimas como lo llama Jorge Bucay en su libro con dicho titulo. Libro que recomiendo a cualquier persona que esté en ese camino, o que tenga a alguien cercano que lo esté. Camino en el que se ve la luz si no te aferras a la oscuridad. Tus lágrimas son parte de ese trayecto.

Yolanda Medina Ortega
Consejera
Acompañamiento en el Duelo

DATOS BIBLIOGRÁFICOS

* William Worden: Grief Counselling and Grief Therapy
* Jorge Bucay: El Camino de las lagrimas

 

• © laveudegandia.com © laveudelasafor.com - 2015-2019 (Todos los derechos reservados).
• Queda terminantemente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos ofrecidos a través de esta Web, salvo autorización expresa de laveudegandia.com, o de laveudelasafor.com.
• Queda prohibida toda reproducción a los efectos del artículo 32,1, párrafo segundo, Ley 23/2006 de la Propiedad Intelectual. 
• Queda prohibida la distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta Web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa.