• Los ataques sorpresa de Hamás en
Israel, y la posterior declaración de guerra del Estado
israelí con fuertes represalias y bombardeos en
territorio palestino, ya han dejado millares de víctimas
en pocos días.

• Todos los Estados deben exigir el fin de la ocupación
y la represión, que lleva produciéndose décadas, y
reclamar a Israel que respete los derechos de la
población palestina.

• La paz y las negociaciones en condiciones de igualdad
son las únicas vías para acabar con el conflicto, las
cuales hay que activar urgentemente.
La violencia caracteriza el día a día de la situación
que vive el pueblo palestino desde la creación del
Estado de Israel. La alta militarización, el control de
la movilidad, la discriminación y la limitación de
derechos hace que vivan en un régimen de ocupación y
apartheid propiciado por el gobierno israelí. De manera
progresiva, la población palestina se ha visto encerrada
y desplazada en cada vez en menos territorio y con un
escaso acceso a los recursos.
Desde hace años el bloqueo en Gaza, que limita la
entrada de suministros básicos como el agua, hace que la
mayor parte de su población viva en una situación de
pobreza extrema. Gaza es una cárcel diseñada para dos
millones de personas. Desde la asimetría, toda la
potencia del Estado sionista de Israel, con el apoyo de
una gran parte de la comunidad internacional, ha hecho
inviable la existencia de un Estado palestino. La paz,
la justicia y el respeto al derecho internacional en la
región solo se alcanzarán mediante soluciones pactadas
que otorguen los mismos derechos para vivir en libertad
y dignidad a todas las personas.
Tras los últimos ataques, el ministro de Defensa israelí
anunció el asedio total de la Franja de Gaza, ordenando
el cierre de cualquier suministro de electricidad, gas o
alimentos. Estas declaraciones son el reconocimiento
público de su intención de cometer crímenes de guerra,
aunque ya se hubieran estado cometiendo. Este castigo
colectivo es ilegal y va en contra del Derecho
Internacional, que lo prohíbe expresamente, mientras
protege el envío de víveres.
Ecologistas en Acción exige un posicionamiento claro de
condena y rechazo a la ocupación israelí y a la guerra
por parte de la comunidad internacional. La respuesta de
la Unión Europea debe ser contundente y debe perseguir
cualquier crimen que se cometa. Además, debe aumentar la
ayuda humanitaria para la sociedad civil, que se
encuentran bajo una amenaza extrema. Se deben
intensificar todos los esfuerzos por lograr la paz. Sin
embargo, los países europeos lejos de apoyar una salida
pacífica están poniéndose del lado del estado opresor,
que perpetua la ocupación.
En el marco internacional, esta escalada se está
produciendo en un contexto de aumento del militarismo,
la securitización y de una vuelta a posiciones claras de
“política dura”, donde los Estados se refuerzan en la
ocupación y control del territorio y en el control de
los recursos.
Nos enfrentamos a una fuerte crisis climática,
ecosistémica, material y energética. Las formas de
enfrentar esa crisis poliédrica pueden ser muchas, desde
el decrecimiento en el consumo material y energético de
los territorios y las clases más privilegiadas, y el
reparto de los recursos; hasta la lucha armada por
ellos. La última de las opciones es claramente en la que
las clases populares tienen todo que perder. De todas
las opciones de enfrentar la vigente crisis sistémica,
la guerra es la peor. |
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