• Ante la emergencia climática, cada vez
más evidente y con graves consecuencias humanitarias,
medioambientales y económicas, los colectivos
ecologistas salen a las calles de todo el mundo para
reclamar medidas urgentes para acabar con los
combustibles fósiles y limitar el ascenso de la
temperatura global a 1,5ºC.

• Estas acciones se enmarcan en la próxima cumbre
climática organizada por Naciones Unidas que tendrá
lugar el 20 de septiembre en Nueva York.
El reciente informe de la ONU “Balance Global” muestra
que se acaba el tiempo para actuar frente a la crisis
climática y garantizar un futuro habitable y sostenible.
Los países no están haciendo lo suficiente
La emergencia climática, evidenciada por olas de calor,
sequías sin precedentes, incendios inapagables, el
calentamiento de los océanos y lluvias torrenciales en
distintos puntos del planeta, tiene unas consecuencias
cada vez más graves a nivel humanitario, climático y
económico. Por ello, estas organizaciones exigen a la
comunidad internacional tomar medidas urgentes con el
fin de limitar el incremento de la temperatura global
por debajo de 1,5º C en la próxima cumbre climática
organizada por Naciones Unidas el 20 de septiembre en
Nueva York.
En este marco, Alianza por el Clima y Fridays for Future–Juventud
por el Clima con el apoyo de más de 70 organizaciones y
plataformas, han liderado la manifestación principal en
Madrid, así como las que se han llevado a cabo en
Madrid, Valencia, Alicante, Málaga, Córdoba, Jaén, Jerez
de la Frontera, Palma, Bilbao, Oviedo y Salamanca, donde
una “marea negra” ha recorrido las calles simbolizando
el necesario abandono de los combustibles fósiles.
En la capital, el recorrido ha partido de la Plaza
Mayor, pasand por el Congreso de los Diputados y
distintas calles del centro de la ciudad hasta llegar a
la Plaza de Neptuno, donde se ha leído el manifiesto con
las principales demandas de las organizaciones firmantes
para exigir una descarbonización urgente que atienda a
los principios de justicia social y económica.
Organizaciones como WWF también se han unido al
manifiesto, en el que se proponen las soluciones
técnicas, sociales y legislativas necesarias para
afrontar el reto de la descarbonización, la reducción
neta del consumo de energía, una transición justa para
todas y el desarrollo de un mundo sostenible dentro de
los límites del planeta.
El último informe del Panel Intergubernamental para el
Cambio Climático ha sido claro a la hora de establecer
que, de no tomarse medidas inmediatas, antes de que
termine esta década se habrá superado el límite de 1,5
ºC y se estará muy cerca de los 2 ºC. A pesar de que los
fenómenos meteorológicos extremos están mostrando las
enormes consecuencias humanas, sociales y económicas
(sequías, inundaciones, pérdidas de cosechas…), los
gobiernos están muy lejos de fijar una reducción
compatible con las indicaciones científicas y, mucho
menos, de señalar a los combustibles fósiles como uno de
los principales problemas climáticos a combatir.
Ante una dejación de funciones a nivel internacional
como esta, así como ante la gran responsabilidad que ha
recaído sobre el Gobierno del Estado español al presidir
el Consejo de la UE en un contexto de crisis climática
que pone en riesgo a toda la humanidad, pero
especialmente a las personas, zonas y colectivos más
vulnerables.
LOS COLECTIVOS CONVOCANTES EXIGEN:
- Una descarbonización mundial rápida e inmediata, que
afecte a todos los sectores productivos, atendiendo a
los principios de justicia social y económica,
enfrentando así la desigualdad que se manifiesta entre
clases sociales, así como entre los denominados Sur y
Norte Global.
- Que sea el Norte Global quien asuma su responsabilidad
histórica en el proceso de descarbonización y ponga fin
a las relaciones neocoloniales con el Sur Global.
- Ningún paso atrás en materia de política climática en
nuestro territorio. Macroproyectos fósiles como la
regasificadora de El Musel no tienen cabida en este
escenario de descarbonización, necesitamos leyes y
normas climáticas más ambiciosas para afrontar la
emergencia.
- Un régimen de incompatibilidades que ponga freno a los
intereses fósiles y de las grandes empresas
contaminantes. No podemos permitir ni normalizar que
Emiratos Árabes Unidos, organizador de la próxima COP28,
designe como presidente de la cumbre al jefe de su
petrolera estatal (ADNOC). Es incomprensible que los
Estados permitan que los intereses de las petroleras
sigan participando en las mesas de negociación
climática.
- Poner fin de una forma definitiva a los
combustibles fósiles es la única forma de garantizar un
futuro para la humanidad. Existen las soluciones
técnicas, sociales y legislativas necesarias para
afrontar este reto de la descarbonización, la reducción
neta del consumo de energía, a través de medidas que
pongan en marcha una transición hacia un modelo de
sociedad sostenible dentro de los límites del planeta.
“Los gobiernos tienen que sentir la presión de la
ciudadanía para que aceleren el abandono de los
combustibles fósiles. Nos estamos jugando el presente y
el futuro” señala Mar Asunción, responsable de Clima y
Energía de WWF España.
La crisis climática es una crisis de desigualdad. La
redistribución de la riqueza, el avance de la democracia
participativa y un decrecimiento económico planificado y
socialmente justo son los pilares fundamentales de esta
necesaria transición, que solo será posible si va de la
mano de la protección de los ecosistemas naturales y de
los Derechos Humanos. |
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