• Organizaciones medioambientales de todo
el territorio se movilizan este fin de semana para pedir
el fin de los combustibles fósiles, principal causa de
la crisis climática.

• En la antesala de la Semana Europea de la Movilidad,
Greenpeace recuerda que el transporte es el sector que
más gases de efecto invernadero emite y el principal
consumidor de petróleo.

• Por ello la ONG exige el fomento de un transporte
público asequible y accesible para toda la sociedad.
Ante el inicio de la Semana Europea de la Movilidad, que
comienza el próximo 16 de septiembre, Greenpeace ha
salido hoy a la calle junto a Juventud por el Clima-Fridays
For Future, Alianza por el Clima y otras organizaciones
medioambientales en numerosas ciudades de España para
exigir una descarbonización mundial rápida, justa y
definitiva, haciendo especial hincapié en la
transformación del sector del transporte, principal
emisor de gases de efecto invernadero.
El próximo 20 de septiembre, Naciones Unidas celebrará
en Nueva York un encuentro con el objetivo de que los
países implementen, de una vez por todas, medidas
efectivas para limitar el incremento de la temperatura
global a solo 1,5 ºC y los días previos se han preparado
movilizaciones sociales en cientos de ciudades de todo
el mundo para pedir el fin de los combustibles fósiles.
El transporte público produce muchas menos emisiones de
gases de efecto invernadero que los automóviles por
persona transportada, por lo que ampliarlo y convertirlo
en un modo de transporte más atractivo sigue siendo
clave para cumplir el objetivo de limitar el aumento de
temperatura global a 1,5 °C. El Grupo Intergubernamental
de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus
siglas en inglés) señala que, junto con la
electrificación, el cambio al transporte público puede
mejorar la salud pública, el empleo, la seguridad
energética y la equidad, así como desplazar a gran
escala a otros modos de movilidad menos eficientes y más
contaminantes. Según Cristina Arjona, experta en
movilidad de Greenpeace, “Fomentar el uso del transporte
público, que es el modo más sostenible, y hacerlo
asequible y accesible a toda la sociedad es vital para
mitigar los efectos de la crisis climática. Es una
estrategia clave para reducir las emisiones de CO2 que
tanto daño están haciendo al planeta”.
De acuerdo con el IPCC, si no tomamos medidas inmediatas
y efectivas para reducir las emisiones de gases de
efecto invernadero, podríamos superar el límite de 1.5°C
de calentamiento global antes del final de la década.
Esto tendría consecuencias catastróficas para el clima y
el planeta. En nuestro país, la reducción de las
emisiones de gases de efecto invernadero debería
alcanzar en 2030 el 55 % menos de emisiones respecto a
las registradas en 1990. Sin embargo, los gobiernos
están muy lejos de fijar una reducción compatible con
las indicaciones científicas y de señalar que son los
combustibles fósiles el gran problema climático y su uso
debe desaparecer.
LA HUELLA DEL SECTOR TRANSPORTE EN EL EMERGENCIA
CLIMÁTICA
El sector del transporte depende del petróleo para más
del 90% de su energía, y es responsable de alrededor del
60% de su demanda mundial. En España es el sector con
más peso en el global de las emisiones de gases de
efecto invernadero (29,6 %) y se calcula que representa
casi una cuarta parte de las emisiones de gases de
efecto invernadero en la UE, con un aumento constante en
la dependencia de combustibles fósiles para satisfacer
nuestras necesidades de movilidad.
Greenpeace recuerda que el sector sigue fuertemente
ligado al petróleo y al gas a pesar de que ya existen
soluciones tecnológicas que permiten moverse sin
emisiones. “Para poder realizar una transición rápida y
justa en el transporte es necesaria valentía política y
evitar que las corporaciones fósiles entorpezcan ese
camino”, ha declarado María Botella, portavoz de
Greenpeace. “La transición del transporte es posible y
pasa por apostar por el transporte público frente al
vehículo privado, evitar las emisiones de lujo e
innecesarias derivadas de vuelos cortos, jets privados,
cruceros de lujo, etc. que ahondan en la desigualdad del
sistema y por transformar el transporte imprescindible
en eléctrico procedente de energías renovables”, ha
añadido.
El IPCC señala que las emisiones de gases de efecto
invernadero del transporte han ido aumentado rápidamente
en las dos últimas décadas, especialmente desde 2010,
con incrementos anuales del +1,8%, una cifra mayor que
la de cualquier otro sector.
Greenpeace ha destacado que las movilizaciones de este
15 de septiembre son una oportunidad para reflexionar
sobre la forma en que nos movemos y cómo las políticas
de movilidad pueden contribuir a un futuro más
sostenible. Es esencial que los Gobiernos y la sociedad
en su conjunto reconozcan la urgencia de abordar la
crisis climática y tomen medidas audaces para
descarbonizar el sector del transporte y poner fin de
forma definitiva a los combustibles fósiles. |
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