• Tras años de negociaciones secretas, la
filtración del “Instrumento conjunto UE-Mercosur” revela
lo que las organizaciones de la sociedad civil llevan
tiempo advirtiendo: es un engaño que no frena la
agudización de la deforestación, el cambio climático y
la violación de derechos humanos.
• Ecologistas en Acción, miembro de la campaña estatal
No a los Tratados de Comercio e Inversión y la coalición
Stop UE-Mercosur, rechaza cualquier intento de lavado
verde a este acuerdo comercial perjudicial para el
planeta y el bienestar social.
El documento filtrado por una fuente confidencial revela
que el instrumento adicional propuesto para impulsar la
firma y ratificación del acuerdo comercial UE-Mercosur
—supuestamente destinado a salvaguardar el medio
ambiente, el clima y los derechos humanos— no sirve para
lograr estos fines. El anexo pone de manifiesto la
brecha que existe entre los objetivos climáticos y los
compromisos de protección de los derechos humanos de la
UE y lo que realmente respalda a puerta cerrada.
"El instrumento propuesto es una declaración de
intenciones que no incluye medidas vinculantes ni
mecanismos para aplicarlas. No desarrolla ninguna medida
nueva que aborde los problemas de la deforestación, la
crisis climática, las violaciones de derechos humanos o
el bienestar de los animales. El comercio UE-Mercosur
sigue empujando activamente a América Latina hacia un
mayor colapso ecológico, apuntala un sistema económico
neocolonial destructivo y fomenta las desigualdades
sociales", afirma Marta García Pallarés, portavoz de
Ecologistas en Acción.
En el apartado sobre cambio climático, el instrumento
establece que los gobiernos de los países deben ceñirse
a sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC)
que se fijaron en junio de 2019. Pero al mismo tiempo el
acuerdo propone aumentar las actividades que provocan el
aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero
(GEI) en Brasil, como la agricultura, que además es uno
de los principales motores de la deforestación. Sin
embargo, el instrumento adicional no incluye ninguna
medida que ayude a solucionar este problema.
En cuanto a los bosques, el anexo dice que "la UE y el
Mercosur establecerán un objetivo provisional de
reducción de la deforestación de al menos el 50 % para
2025, respecto a los niveles actuales". Sin embargo, las
importaciones de la UE procedentes del Mercosur de
productos como la soja, el maíz, la caña de azúcar y los
minerales que contribuyen a la deforestación están
aumentando y el acuerdo incrementará aún más estas
exportaciones.
El instrumento también valora la participación
democrática y dice incluir a la sociedad civil y a las
comunidades indígenas como partes interesadas clave en
las negociaciones del acuerdo. Pero los pueblos
indígenas, el pequeño campesinado y la sociedad civil
han sido marginados desde el inicio de las negociaciones
y nunca han formado parte de ningún proceso de toma de
decisiones. De hecho, además de que el acuerdo debilita
la protección de los derechos indígenas, el anexo se ha
negociado en secreto y su contenido ha salido a la luz a
través de una filtración.
Mientras tanto los grupos de presión empresariales de la
industria automovilística y de la agroindustria —con un
amplio historial de violaciones de derechos humanos y
presiones medioambientales— sí se han sentado en la mesa
de negociación de la UE.
Ecologistas en Acción y las organizaciones que forman
parte de la campaña No a los Tratados de Comercio e
Inversión inciden en que el instrumento conjunto no es
más que otro intento de lavado verde para sacar adelante
un acuerdo fundamentalmente destructivo. “El acuerdo UE-Mercosur
en el fondo, busca impulsar la exportación de materias
primas, lo que está empujando a la Amazonia y a otros
ecosistemas cruciales como El Cerrado, El Pantanal, El
Chaco o la Pampa al punto de no retorno”, afirma Tom
Kucharz, portavoz de Ecologistas en Acción.
Por todo ello, la coalición Stop UE-Mercosur, que
engloba a más de 450 organizaciones de ambos lados del
Atlántico, rechaza este instrumento adicional como una
vía para acelerar la firma del tratado y reclaman a los
gobiernos que abandonen de una vez el acuerdo comercial
UE-Mercosur.
"Este acuerdo de libre comercio se basa en un paradigma
obsoleto que ignora los derechos humanos, las crisis
climática y de biodiversidad, la soberanía alimentaria y
los derechos de los productores de alimentos a unos
ingresos justos. No hay forma de que un instrumento
conjunto haga que este tipo de acuerdo sea aceptable
para agricultoras y agricultores de ambos continentes.
Estamos dispuestos a movilizarnos en masa en toda Europa
para detener este acuerdo", afirma Morgan Ody,
agricultora de Francia y coordinadora general de La Vía
Campesina, el mayor movimiento campesino mundial. |
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