• El 85% de los humedales de relevancia
internacional en España se encuentra en un estado de
conservación preocupante (18% estado moderado, 29% pobre
y 38% muy pobre), según los datos de SEO/BirdLife.
• Los humedales constituyen el ecosistema más
degradado. Se estima que a lo largo de los 200 años
anteriores a la década de los 90 en España desapareció
entre el 60% y el 75% de la superficie húmeda original,
cuantificada entre 280.000 y 500.000 hectáreas.
• El lema del Día Internacional de los Humedales (2 de
febrero) señala que es “la hora de actuar” y, en España,
hay cuestiones que no pueden pasar de este año, a juicio
de SEO/BirdlLife, ya que existen tanto una estrategia de
actuación como presupuesto, proveniente de los fondos de
recuperación, para activar la conservación y
restauración de zonas húmedas.
• SEO/BirdLife reclama que, como mínimo, este 2023 se
complete el Inventario Español de Zonas Húmedas -todavía
faltan nueve autonomías por aportar sus datos-, y se
declare a las lagunas costeras (entre ellas, las de
Doñana, Mar Menor, L’Albufera de Valencia y Delta del
Ebro) como “hábitat en peligro de desaparición”. Las
Administraciones públicas tienen la obligación de
realizar estas tareas desde 2007.
• Si las Administraciones públicas quieren llegar a 2030
con los deberes hechos en materia de humedales, la
acción, a todos los niveles, debe comenzar ya,
especialmente en aquellas joyas de la biodiversidad en
peligro extremo, como es el caso de los citados Mar
Menor y Doñana, o las Tablas de Daimiel, que este año
celebra su 50 aniversario en un mal estado de
conservación.
El 85% de los humedales de relevancia internacional en
España, una lista que incluye a Doñana, Mar Menor,
L’Albufera de Valencia o las Tablas de Daimiel, se
encuentra en un estado de conservación preocupante (18%
estado moderado, 29% pobre y 38% muy pobre). Esta es la
información que maneja SEO/BirdLife y que ofrece una
radiografía similar a la del año pasado. Lo que ha
cambiado respecto a 2022, y de manera significativa, es
el marco para activar la conservación y recuperación de
los humedales. Este año, los humedales y cuentan con un
plan estratégico hasta 2030 y con financiación
proveniente de los fondos de recuperación. Siguiendo el
lema que ha fijado la Convención Ramsar, -la Convención
Relativa a los humedales de Importancia Internacional y
organizadora del Día Mundial de los Humedales, “es la
hora” de conservar y recuperar las zonas húmedas en
nuestro país. Hay retrasos que vienen desde 2007 y, de
este año, no puede pasar.
En la actualidad, se estima un patrimonio húmedo de, al
menos, 2.000 humedales, la mayor parte de ellos
continentales (92%), aunque en superficie supongan solo
alrededor del 14% del total. Por el contrario, las zonas
húmedas costeras son escasas en número, pero mantienen
extensiones considerables, como es el caso de exponentes
de relevancia internacional como Doñana, Mar Menor,
Delta de l’Ebre o L’Albufera de Valencia. Entre los de
interior (o continentales), los de agua dulce son los
más numerosos (46%), aunque únicamente representan el 2%
de la superficie húmeda total, es decir, muchos, pero
muy pequeños.
De todos estos espacios, 75 son humedales incluidos en
la lista Ramsar por su relevancia internacional. En
total, las zonas Ramsar en España suman más de 300.000
hectáreas, convirtiéndolo en el tercer país del mundo en
número de humedales acogidos a este convenio, donde se
dan cita aproximadamente 370 especies de aves de forma
más o menos habitual, de las cuales 137 dependen de una
u otra forma de los humedales. Además, desde hace unos
meses, cuenta ya con la primera ciudad Ramsar: Valencia.
Según los datos oficiales, el 49,6% de los humedales del
inventario están conservados o bien conservados, siendo
idéntica la proporción de los que se consideran
alterados o muy alterados, con un 0,8% de desaparecidos.
Sin embargo, estos datos contrastan con los de SEO/BirdLife.
Si se atiende a la calidad de hábitat necesaria para las
aves, la ONG ambiental estima que de los 75 humedales
Ramsar en España (hay un 19% de sitios sin evaluar) el
85% de ellos se encuentra en un estado de conservación
preocupante.
Además, todos los humedales Ramsar analizados por la ONG
sufren una presión global calificada como ‘alta’ o ‘muy
alta’, que afecta a la extensión y calidad del hábitat
requerido por las poblaciones de aves acuáticas. El 22%
de las poblaciones invernantes y migrantes de aves
acuáticas presenta importantes problemas de
conservación, cifra que se dispara al 63% en el caso de
las poblaciones de aves acuáticas que usan los humedales
españoles para reproducirse. De hecho, casi 3 de cada 10
especies de aves que dependen de estos ecosistemas están
gravemente amenazadas.
Prácticamente todos los espacios emblemáticos
identificados en España con reconocidos y graves
problemas de conservación son ecosistemas de humedal:
Doñana y las Tablas de Daimiel (especialmente afectados
por la extracción excesiva y a menudo ilegal de agua
subterránea), el Mar Menor (que recibe aportes hídricos
contaminados por la agricultura y ganadería intensivas
del entorno, y que además soporta una altísima presión
urbanística), el Delta de l’Ebre (amenazado por la
drástica disminución de sedimentos que ha entrañado la
regulación del Ebro y por la progresiva subida del nivel
del mar), y L’Albufera de Valencia (por eutrofización y
reducción de aportes hídricos), entre otros.
Precisamente, Doñana y las Tablas de Daimiel están
incluidos en el Registro de Montreux del Convenio de
Ramsar desde la creación del mismo en 1990, que recopila
aquellos espacios húmedos cuyas características
ecológicas han sido seriamente alteradas y amenazan con
perder su funcionabilidad original. Además, son siete
los humedales de Importancia Internacional afectados por
expedientes informativos o quejas Ramsar: Doñana, Tablas
de Daimiel, Mar Menor, Aiguamolls de l’Empordà, lagunas
de Ruidera, y albuferas de Valencia y Mallorca; y hay
dos sitios que tienen abiertos procedimientos de
infracción europeos, Doñana y delta del Ebro. A todo
esto, se unen las proyecciones climáticas, que
pronostican un agravamiento de la situación de los
humedales con un riesgo muy elevado de pérdida de
especies de aves acuáticas.
LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS TIENEN QUE HACER LOS
DEBERES ¡YA!
Los humedales constituyen los ecosistemas que mayor
regresión ha experimentado desde el siglo pasado. Hasta
la fecha, casi el 90% de los humedales del mundo se han
degradado o perdido. En España, a lo largo de los 200
años anteriores a la década de los 90, ha desaparecido
entre el 60% y el 75% de la superficie húmeda original,
cuantificada entre 280.000 y 500.000 ha.
A pesar de su patrimonio de relevancia internacional y
de la constatación de su degradación, las
Administraciones públicas, en las últimas legislaturas,
no han otorgado a las zonas húmedas el carácter
prioritario que deben tener. Esta situación pretende
revertirse con el recientemente aprobado Plan
Estratégico de Humedales a 2030, impulsado por el
Ministerio para la Transición Ecológica y Reto
Demográfico (Miteco), más de 20 años después de que se
aprobara su plan antecesor, y en un momento en el que
algunas de las joyas de la biodiversidad del país, como
es el caso de la propia Doñana o las Tablas de Daimiel,
se hallan en una situación crítica.
Ana Carricondo, responsable de programas de Conservación
de SEO/BirdLife, subraya la importancia del plan
estratégico, pero incide en la urgente necesidad de
actualizar el inventario nacional de humedales para
poder actuar sobre ellos: “a pesar de la importancia de
disponer de una información completa y detallada de
zonas húmedas, España no cuenta aún con un inventario
nacional completo. Solo hay ocho comunidades autónomas
que han aportado sus datos. Este catálogo se creó en
2007 (con la Ley de Biodiversidad) y sigue sin ser
definitivo porque las autonomías no han cumplido su
compromiso. En la actualidad, el inventario recopila 764
sitios que ocupan una superficie de algo más de 235.000
ha, pero hay que completarlo para poder identificar
humedales desecados o degradados, y avanzar así en su
recuperación y restauración, tal y como promueve el
Convenio Ramsar en el Día de los Humedales 2023, cuyo
lema es revitalizar y restaurar los humedales
degradados”. Y es que, según este organismo
internacional, el 35 % de los humedales del planeta ha
desaparecido en los últimos 50 años, una cifra que en
España podría alcanzar incluso el 60% a lo largo del
siglo XX.
Una segunda cuenta pendiente desde 2007 es el Catálogo
Español de Hábitats en Peligro de Desaparición, que
sigue sin aprobarse. Esta lista, similar a la que ya
existe para especies y que puede actuar como paraguas
para que todas las Administraciones públicas se
coordinen para evitar la extinción de espacios, debe
activarse este mismo año y, de acuerdo con los datos de
SEO/BirdLife, incluir como primer tipo de hábitat en
peligro de desaparición a las lagunas costeras, un tipo
de espacios que incluye a los ya mencionados Doñana, Mar
Menor, L’Albufera de Valencia y Delta del Ebro, y que,
juntos, representan en torno al 90% del hábitat en
España.
Las lagunas costeras son fundamentales en la riqueza
natural del país y decisivo en su estrategia para
mitigar y adaptarse al cambio climático, y su realidad
es preocupante: presentan un estado de conservación muy
pobre, con situaciones de emergencia como las que se han
vivido en Doñana o Mar Menor en los últimos años.
Considerarlas como hábitat en peligro de desaparición
facilitaría acciones de conservación. SEO/BirdLife pidió
formalmente la adopción de esta medida en 2020.
REVIVIR NATURALEZA: RESTAURACIÓN DE HUMEDALES
SEO/BirdLife se une a la llamada de Ramsar instando a la
sociedad y a las Administraciones públicas a potenciar y
mejorar la conservación de los humedales que quedan,
pero también para “revivir” (recuperar y restaurar)
aquellas zonas húmedas que han sido desecadas o
transformadas, en la mayoría de los casos para uso
agrícola, urbano o industrial. La larga experiencia de
la ONG en la restauración de estos ecosistemas está
acreditada por las distintas lagunas costeras e
interiores regeneradas y devueltas a la naturaleza,
muchas convertidas en Reservas Ornitológicas. Es el caso
de las Marismas Blancas y Negras en Astillero y el
parque de Las Llamas en Santander (Cantabria); el Tancat
de la Pipa (albufera de Valencia); Riet Vell y el Clot
(delta del Ebro), y la laguna de El Oso (Ávila).
“El periodo 2023-2033 será el decenio en el que SEO/BirdLife
pondrá el foco en revivir naturaleza de una manera
activa. Y los humedales nos ofrecen una magnífica
oportunidad para hacerlo posible. Son uno de los
ecosistemas injustamente más perseguidos y malogrados
durante siglos por considerarse insalubres y más útiles
transformados en tierras agrícolas o urbanas. Pero hoy,
la humanidad y las instituciones nacionales e
internacionales reconocen el gran valor de los
ecosistemas acuáticos, que además tienen la
particularidad de responder positivamente y con rapidez
a las acciones de restauración. Son uno de los
ecosistemas más productivos y ricos en biodiversidad del
planeta, y se regeneran con facilidad cuando se les
ofrece un poco de ayuda”, destaca Asunción Ruiz,
directora ejecutiva de SEO/BirdLife.
¿POR QUÉ HAY QUE DARLO TODO POR LOS HUMEDALES EN
2023?
“Ya no hay tiempo y hay que ponerse manos a la obra para
salvar los humedales”, sostiene Asunción Ruiz, “porque
tenemos todas las evidencias científicas sobre la
necesidad de actuar. Porque, por fin, el Gobierno ha
hecho un plan estratégico de humedales que, aunque
podría ser más ambicioso, deja clara la hoja de ruta. Y
porque hay retrasos intolerables: desde 2007. Por eso,
hay que completar el inventario ya, hay que declarar ya
las lagunas costeras como Primer Hábitat en Peligro de
Desaparición en España en 2023, y hay que actuar sobre
las joyas en peligro como Las Tablas de Daimiel, el Mar
Menor, Doñana, el delta del Ebro o la albufera de
Valencia”.
“Hay una razón más: contamos con financiación. El Plan
Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR)
cuenta con un componente dedicado a la restauración y
conservación de la biodiversidad, dotado con 1.642
millones de euros que hay que emplear rápida y
adecuadamente. Los humedales, y muy especialmente las
lagunas costeras, tienen que tener un lugar preferente
en este programa de inversión”, añade la directora
ejecutiva de SEO/BirdLife.
La agenda para los humedales a 2030 debe activarse ya.
Solo quedan siete años. Si, como señala el plan
estratégico impulsado por el Gobierno, se quiere
conseguir que en 2030 ningún humedal protegido (de la
Red Natura 2000, Ramsar o Espacio Natural Protegido)
haya empeorado su estado de conservación, y que al menos
el 50% lo haya mejorado o, al menos, muestre una
decidida tendencia positiva, todas las Administraciones
públicas -Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos-
deben ponerse ya manos a la obra.
De igual manera, hay que empezar ya a trabajar, si se
quiere conseguir que en 2030 no se haya producido ningún
deterioro en las tendencias y el estado de conservación
de ninguna de las especies ligadas al medio acuático y
tipos de hábitat de interés comunitario de humedal, y
que estos ecosistemas contribuyan a que al menos el 30%
de las especies y tipos de hábitat de interés
comunitario que en el momento actual no presentan un
estado de conservación favorable hayan alcanzado dicho
estado o, al menos, muestren una decidida tendencia
positiva. Tal es así que, especies tan amenazadas y cada
vez más escasas como la cerceta pardilla, la focha
moruna, el pato colorado o escribano palustre, requieren
hábitats con exigentes requerimientos ecológicos,
conectados, y en muy buen estado de conservación para
poder sobrevivir. Por todo ello, SEO/BirdLife alerta:
“hay que empezar ya, si se quiere lograr la restauración
antes de 2030 de otras 20.000 ha. más de humedales, que
complementarán las 18.000 ha ya rehabilitadas en las
últimas décadas”. |