• Para la ONG ecologista el plan de
ahorro energético es necesario, pero insuficiente.
• La organización ve fundamental una Estrategia Nacional
que gestione las masas forestales para prevenir grandes
incendios catastróficos.
Ante las medidas de ahorro energético y en materia de
incendios forestales presentadas esta noche en el
Consejo de Ministros la organización Greenpeace pide al
Gobierno que, más allá de las circunstancias
geopolíticas, se acometan acciones más decididas contra
el cambio climático, que conduzcan al fin de la
utilización de los combustibles fósiles y a un sistema
energético que tenga como prioridad el ahorro y la
eficiencia energética.
En relación al incremento de olas de calor y sequías
prolongadas fruto del cambio climático -que agravan y
explican la evolución de los incendios- la organización
demanda políticas de prevención de incendios no
estacionales y la necesidad de tener profesionales
trabajando durante todo el año que aborden la gestión
forestal.
SOBRE LAS MEDIDAS DE AHORRO ENERGÉTICO
Greenpeace considera que las medidas de ahorro
energético son absolutamente necesarias y deberían
haberse adoptado hace mucho tiempo. Ahorrar energía es
la mejor manera de evitar consumos innecesarios de gas,
con cuya compra se está financiando la guerra de Rusia
en Ucrania, pero también es imprescindible para la lucha
contra la emergencia climática.
Para los ecologistas el plan de ahorro energético
debería ser mucho más ambicioso, porque reducir un 7 %
el consumo de gas fósil no es, ni de lejos, suficiente.
Regular el uso del aire acondicionado y calefacción en
los edificios, fijando la temperatura a la que se debe
consignar el termostato es una medida básica, pero no la
única que se debe tomar.
“El plan de ahorro se ha explicado muy mal, como si
fuera un esfuerzo para la ciudadanía, cuando ahorrar
energía, mejorando la eficiencia energética, significa
mejorar la calidad de vida, evitando el derroche y
consumos innecesarios. Lo de la corbata es una anécdota,
que no debe ocultar el debate sobre la necesidad de
objetivos de ahorro y eficiencia más ambiciosos”, ha
declarado José Luis García Ortega, responsable del área
de Clima, Energía y Movilidad de Greenpeace España.
Para García hacen falta medidas más ambiciosas para
acabar con la dependencia de los combustibles fósiles,
que es lo que está en la raíz de la crisis de los
precios de la energía y de la emergencia climática.
Entre esas medidas, Greenpeace destaca: el aislamiento
de los edificios, la sustitución (no solo la revisión)
de calderas de gas por bombas de calor y el autoconsumo,
con las cuales todos los edificios podrían ser
autosuficientes en energía y cumplir el mandato europeo
de ser edificios de consumo casi nulo, así como
incentivar la eficiencia y el uso de energías renovables
en la industria. Habrá que valorar el alcance de las
medidas anunciadas una vez se conozcan los detalles,
entre los que esperamos que queden debidamente
reflejadas las necesarias facilidades para que el
autoconsumo compartido se pueda repartir de manera
sencilla entre distintos usuarios.
Además de las medidas anunciadas, Greenpeace sigue
reclamando actuaciones clave para reducir el consumo de
gas y petróleo en todos los sectores, como acabar con
todas las subvenciones a los combustibles fósiles,
aumentar la velocidad de implantación de las energías
renovables, regular e impulsar las comunidades
energéticas, prohibir los vuelos cortos con alternativa
ferroviaria y regular las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE)
en las ciudades, con una reforma del etiquetado de los
vehículos en función de sus emisiones reales.
Respecto a las medidas de subvención temporal al
transporte público, Greenpeace reitera que sigue siendo
necesario invertir para mejorar la calidad y frecuencia
de todos los transportes públicos terrestres, lo cual no
se resuelve con una gratuidad temporal.
SOBRE INCENDIOS FORESTALES
El incremento de olas de calor y las sequías prolongadas
fruto del cambio climático explican la evolución de los
incendios pero no su causa. Para que se produzca el
fuego y se propague hay que abordar las causas de
ignición y las del estado de nuestros bosques. La
gestión del paisaje es una de las pocas ventajas
estratégicas para prevenir grandes incendios
catastróficos. No se puede cambiar la meteorología o la
topografía, factores de los que depende el
comportamiento del incendio, pero sí se pueden modificar
las condiciones del combustible. Y para mantener ese
paisaje resiliente ante grandes incendios forestales es
imprescindible dinamizar el medio rural, fijar población
en el territorio promoviendo actividades sostenibles de
los pueblos.
“Los grandes incendios forestales se han convertido en
un problema ambiental de seguridad nacional, el Gobierno
de Pedro Sánchez debe garantizar la gestión de nuestros
ecosistemas, masas forestales que se han visto
incrementadas por el abandono que están sufriendo además
los impactos del cambio climático. Esto los convierte en
auténticos polvorines”, ha declarado Mónica Parrilla,
ingeniera forestal y portavoz de la campaña de incendios
forestales de Greenpeace España.
Por ello, Greenpeace está de acuerdo con las
Orientaciones Estratégicas del Gobierno en las que se
generan como objetivos gestionar el territorio y reducir
el riesgo de incendio, así como abordar una mejor
coordinación e incremento de los servicios de extinción
teniendo en cuenta el aumento del periodo estival.
También con las medidas y recursos destinados a zonas
afectadas. Pero la ONG advierte que para que esto sea
posible es fundamental una Estrategia Nacional para la
gestión de las masas forestales en la que se destinen
recursos económicos y se garantice que las
administraciones autonómicas aseguren medidas claves
para la prevención de incendios de alta intensidad. Por
lo que propone:
Por un lado reducir las igniciones. Los incendios
forestales son un problema social, el 95 % son causados
por el ser humano. Urge reducir el riesgo de ignición
para evitar grandes incendios forestales. Es fundamental
ampliar los recursos para investigar, enjuiciar y
condenar el delito de incendio forestal y que se aborden
las causas y debates en el medio rural sobre el uso
tradicional del fuego.
Por otro lado, reducir riesgo de propagación. Con
gestión forestal y cumplimiento de normativa de
planificación de incendios. El Gobierno propone una
actualización de la Ley de Montes pero la actual no se
cumple en la obligación de disponer de planes
preventivos en zonas de alto riesgo de incendio forestal
así como la Directriz Básica de Protección Civil que
obliga a planes de emergencia en zonas de alto riesgo.
Casi el 80% no tienen planes de emergencia local y los
preventivos son testimoniales.
“Mientras se habla de competencias entre lo estatal y
autonómico, los bosques arden. Es necesaria una
estrategia nacional para la gestión de nuestras masas
forestales hacia escenarios menos vulnerables al fuego”,
ha apuntado Mónica Parrilla. |
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