• En España, los eucaliptos reúnen todas
las condiciones para ser considerados especies exóticas
invasoras con efectos negativos para la biodiversidad
autóctona.
• Con una superficie plantada que supera las 1.500.000
hectáreas, SEO/BirdLife estima que España ha llegado a
su límite de eucaliptales y propone a administraciones
públicas y empresas una batería de medidas para asegurar
que el bosque autóctono sea la masa forestal más
predominante en las zonas afectadas y, en particular, en
la cornisa cantábrica.
• Entre otras medidas, la organización ecologista
plantea la eliminación de eucaliptales en espacios
protegidos, una oportunidad de generación de actividad y
empleo local sostenible que podría financiarse con los
fondos europeos para la recuperación frente al COVID-19.
En el Día Internacional de los Bosques, SEO/BirdLife
alerta sobre la amenaza que suponen los eucaliptos para
los bosques autóctonos y otros ecosistemas propios de la
península ibérica, y solicita a las administraciones
públicas una moratoria a nivel estatal para la
implantación de nuevas plantaciones de estas especies.
También considera necesaria su erradicación de los
espacios protegidos y zonas sensibles a nivel hídrico,
biológico, paisajístico o cultural. En España y
Portugal, lamentablemente, los eucaliptos empiezan a no
dejar ver el bosque.
* Todas las especies de eucalipto, más de 500, son
nativas de Australia y de algunas islas de Oceanía. Sin
embargo, y debido a la intervención humana, su expansión
es global.
En nuestro país se introdujo a mediados del siglo XIX y
posteriormente se empezó a plantar de manera masiva para
su aprovechamiento comercial, sobre todo en la
producción de celulosa. A día de hoy, en España los
eucaliptos pueden definirse como especies exóticas
invasoras: exóticas, por su origen, e invasoras, por su
capacidad establecerse y reproducirse en los ecosistemas
españoles, transformándolos y produciendo impactos
negativos para la naturaleza autóctona.
De hecho, el Comité Científico del Ministerio para la
Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que asesora
a las administraciones públicas, emitió en 2017 un
Dictamen que estimaba que todas las especies de
eucaliptos establecidas en España debían ser
consideradas “Especies Exóticas Invasoras”, aportando
información sobre los efectos adversos que los
eucaliptos provocan en los ecosistemas. Son numerosas
las investigaciones que alertan sobre los efectos de las
zonas ‘eucaliptalizadas’, en las que estos árboles han
dejado de ser un cultivo controlado para asilvestrarse.
Se citan, entre otros impactos, pérdida de biodiversidad
y de servicios eco-sistémicos, y efectos negativos sobre
suelo, arroyos o ríos.
MÁS DE 1,5 MILLONES DE HECTÁREAS
Los datos oficiales no están actualizados, pero se
estima que el cultivo de eucalipto ocupa más de
1.500.000 hectáreas (ha) en la península ibérica. Hay
zonas donde su superficie ha ido disminuyendo, como es
el caso de Andalucía o Extremadura mientras que, en
otras, y en gran parte debido a políticas forestales que
lo han alentado, no ha parado de crecer. Existen casos
paradigmáticos como el del entorno de Doñana o la
cornisa cantábrica, convertida en territorio ideal para
su plantación por su clima templado y abundante humedad.
Según los datos de los inventarios forestales nacionales
(IFN), la superficie de eucaliptos en Galicia ha
evolucionado de forma exponencial:131.000 ha en 1973,
220.000 en 1986, 350.000 en 1998 y más de 500.000 ha en
2016. El dato es especialmente indicativo si se compara
con la superficie de bosque autóctono gallego, del que
solo se conservan unas 400.000 ha.
En Asturias, los datos sobre la evolución de los
eucaliptales son algo más difusos, pero se observa
igualmente una clara expansión que ha llevado a que haya
concejos en los que los eucaliptos ocupan más del 80% de
la superficie arbolada del municipio. En el año 1989, la
superficie se estimaba en 34.000 ha; en 1996 era de casi
50.000 y en 2018 ya alcanzaba las 60.000 ha. Para
dimensionar el alcance de la presencia de eucaliptos
sirve el objetivo que, en su día, se marcó el Plan
Forestal de Asturias de 2001: alcanzar en 2060 una
superficie de 61.838 ha de eucaliptos. No ha hecho falta
esperar tanto.
PONER FRENO A SU AVANCE
Sin plantear su desaparición, SEO/BirdLife sí aboga por
un control de la expansión del eucalipto a través de una
moratoria para nuevas plantaciones. La organización
ecologista también considera necesario redoblar
esfuerzos para conseguir que el bosque autóctono sea la
masa forestal predominante en las zonas más afectadas,
como es el caso de la cornisa cantábrica. Son precisas,
por tanto, políticas forestales orientadas a detener la
expansión del eucalipto, sacarlo de los espacios
protegidos, mejorar la gestión de las plantaciones y
regular su uso para biomasa.
“El momento es especialmente importante: pese a la gran
superficie ocupada por este cultivo forestal, el sector
del eucalipto demanda actualmente nuevos y mejores
suelos para su implantación con mayor crecimiento y
rendimiento, con la promesa de reducir la superficie
ocupada. Esta demanda, sin embargo, está generando un
desplazamiento del eucalipto hacia nuevos espacios.
Además, las empresas se están diversificando hacia
nuevos usos, como el energético, lo que redobla la
presión sobre el suelo agrícola para plantar
eucaliptales destinados a biomasa”, explica el
responsable del programa de Especies de SEO/BirdLife,
Nicolás López.
Ya se están tomando medidas en la buena dirección. La
Xunta de Galicia ha decretado recientemente una
moratoria de nuevas plantaciones de la especie en su
plan forestal 2021-2040, a la vez que se pretende
potenciar otras especies autóctonas de crecimiento
rápido, y que representan una alternativa industrial al
eucalipto, como son algunos tipos de pinos o el castaño.
“La medida llega tarde, cuando la superficie plantada de
eucaliptos en Galicia ha superado a la de los bosques
naturales en la comunidad autónoma, pero eso no la hace
menos necesaria. De hecho, es una medida que debería
replicarse en todas las comunidades autónomas con
presencia de cultivos y a nivel estatal”, explica López.
“Las especies exóticas invasoras constituyen una de las
causas más graves de pérdida de biodiversidad después de
la destrucción del hábitat. El caso de los eucaliptos es
paradigmático, ya que no solo desplaza a las especies
autóctonas, sino que además provoca transformaciones muy
profundas en los ecosistemas donde se asilvestra,
contribuyendo a la desecación y empobrecimiento de los
suelos, y favoreciendo los procesos erosivos. Además,
presentan mayor inflamabilidad, y pueden agravar la
extensión y virulencia de los incendios forestales”,
añade.
ESPAÑA HA LLEGADO A SU LÍMITE
Debido a la magnitud y la duración en el tiempo de la
eucaliptalización de algunas comunidades autónomas,
especialmente Galicia y el occidente de Asturias, no
cabe otra salida que plantearse una reducción de la
superficie general de eucaliptos y su eliminación de los
lugares con mayor valor biológico del país: los espacios
naturales protegidos, incluyendo a los declarados como
parte de Red Natura 2000.
En la actualidad hay capacidad tecnológica para detectar
su presencia en espacios protegidos a partir de imágenes
por satélite y su gestión puede contribuir a la
restauración y conservación de zonas de alto valor
natural, generando además empleo y actividad local. El
control de eucaliptos en estos espacios, muchos de ellos
áreas forestales, es una buena inversión y podría
orientar proyectos financiados con los fondos de
recuperación que ha dispuesto la Unión Europea.
PROPUESTAS Y ALTERNATIVAS
Es posible resolver un problema ambiental que afecta a
los bosques españoles y, al mismo tiempo, dar respaldo a
las actividades socioeconómicas ligadas a la fabricación
de pasta de celulosa y otros subproductos de la madera.
SEO/BirdLife plantea a administraciones públicas y
empresas del sector estas medidas:
- Moratoria a nuevas plantaciones de eucalipto.
- Cese definitivo del uso de los eucaliptos de la
especie Eucalyptusnitens, naturalizada en muchos puntos
de España. Se trata de una especie exótica invasora
resistente al frío, en fase de expansióny peligrosa,
debido a su carácter invasor ya su capacidad de
dispersión y detransformación del medio que habita,
bloqueando el funcionamiento del ecosistema.
- Cambio paulatino de las especies utilizadas para
producir pasta de papel y otros subproductos, pasando de
especies exóticas invasoras como los eucaliptos a
especies autóctonas de crecimiento rápido, especialmente
de las familias botánicas betuláceas (abedules),
salicáceas (sauces y chopos) y aceráceas (arces).
SUPRESIÓN DE LAS PLANTACIONES Y EJEMPLARES
ASILVESTRADOS EN:
- Espacios protegidos (Red Natura 2000, red estatal y
regional de espacios protegidos).
- Zonas incluidas en el Dominio Público hidráulico de
cauces de corrientes naturales, continuas o discontinuas
y los lechos de lagos, lagunas y embalses superficiales,
así como en lugares que alberguen humedales, fuentes o
manantiales y en las Zonas del Dominio Público
marítimo-terrestre.
- Zonas libres de eucalipto establecidas por la
legislación forestal.
- Zonas donde se desarrollen hábitats de interés
comunitario, contemplados en la Directiva de hábitats,
especialmente si se trata de zonas que albergan hábitats
prioritarios.
- Cese definitivo del uso de herbicidas e insecticidas
en las plantaciones ya establecidas, promoviendo el
control biológico de plagas en su lugar.
- Que se respeten las zonas que alberguen importantes
valores o manifestaciones del Patrimonio Cultural
existente en el medio natural, como construcciones
tradicionales, monumentos, prados de siega o caminos
tradicionales, especialmente durante la fase de
extracción de la madera.
- En las parcelas que mantengan plantaciones de
eucaliptos, es preciso alcanzar progresivamente un
mínimo de un 50% de la masa forestal total de la parcela
que esté constituida por especies arbóreas autóctonas.
CON INDEPENDENCIA DE LA MORATORIA, NO DEBERÍA
PERMITIRSE LA IMPLANTACIÓN DE NUEVAS PARCELAS DE
EUCALIPTOS EN:
- Parcelas con “masas de frondosas autóctonas
consolidadas”.
- Zonas de elevadas pendientes donde el propio cultivo y
las labores de extracción de la madera podrían provocar
fenómenos erosivos, eliminación del suelo fértil o daños
en las vías de comunicación por la caída de materiales.
- Zonas donde no se pueda gestionar la biomasa
resultante de la explotación maderera por su
inaccesibilidad o porque, debido a su elevada pendiente,
el aprovechamiento no es factible, técnica o
económicamente.
- Zonas de Alto Valor Paisajístico, respetando en todo
momento la legislación de conservación y protección del
Paisaje.
- Tampoco debería autorizarse la transformación de
tierras de cultivo, prados o baldíos para la plantación
de cultivos.
- Es preciso respetar la interfaz urbano-forestal con
respecto a los cultivos de eucaliptos para evitar que,
en caso de incendios, se provoquen daños para las
personas o sus propiedades, manteniendo las adecuadas
distancias de seguridad entre las plantaciones y las
viviendas. |