• El Ayuntamiento de Valencia inicia el
proceso de apertura de tres nuevos mercados
agroecológicos: Benimaclet, Colón y Malilla.
• El sistema alimentario actual causa hasta el 37 % de
las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a
nivel mundial, por lo que un cambio en materia de
alimentación es crucial.
• Estas concesiones estables y duraderas permitirán que
los mercados tengan mayor estabilidad y garantía, lo que
beneficiará a las personas productoras.
• Estos puntos de venta permitirán a los agricultores y
agricultoras ecológicos de la huerta la venta de sus
productos sin intermediarios y a las personas
consumidoras acceder a verdura ecológica de proximidad a
buen precio.
Ayer por la tarde tuvo lugar la reunión del Consejo
local de comercio del Ayuntamiento de Valencia, en la
que el consistorio proporcionó la información necesaria
para iniciar el proceso de apertura de tres nuevos
mercados agroecológicos para la ciudad: Benimaclet,
Colón y Malilla. Estos se suman al de Castellar, que ya
superó el trámite hace unas semanas.
El pasado 30 de octubre de 2020, las entidades agrarias,
sociales y ecologistas Acció Ecologista-Agró, CCPV-COAG,
CERAI, Ecomaclet, Greenpeace, Justicia Alimentaria,
Mundubat, PER L’HORTA y la Plataforma per la Sobirania
Alimentària del País Valencià se concentraron frente a
la plaza del Ayuntamiento de Valencia para exigir un
modelo de alimentación sostenible para la ciudad. Ante
el inicio de los trámites por el Ayuntamiento para
aprobar los cuatro nuevos mercados agroecológicos,
dichas entidades se han mostrado satisfechos por este
avance, al tiempo que han demandado un proceso
transparente en el que se mantenga informada a la
ciudadanía.
Las entidades han enfatizado la importancia de extender
el consumo agroecológico en la ciudad de Valencia, ya
que supondría un gran avance frente a la emergencia
climática, además de fomentar y proteger la Huerta de
Valencia, mejorar las condiciones laborales de los
productores y productoras y aumentar la calidad y
sostenibilidad de los productos consumidos en la ciudad.
Actualmente el sistema alimentario causa hasta el 37 %
de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a
nivel mundial, por lo que un cambio en materia de
alimentación es crucial.
Este proceso de apertura de nuevos mercados viene
marcado por la ordenanza municipal reguladora de venta
no sedentaria de la ciudad de Valencia, que entró en
vigor el 5 de abril de 2019 y cuya disposición adicional
quinta – Mercados de venta directa de producto
alimentario – todavía no ha sido implementada en la
ciudad. Se espera que tras el inicio de este proceso, el
Ayuntamiento avance de manera más decidida en la puesta
en marcha de estas medidas de valor trascendente para el
tejido productivo de la huerta y la sostenibilidad del
sistema alimentario urbano.
“Desde la primera edición de “l’Horta a la Plaça”, en
enero de 2016, han pasado cinco años. Ya entonces se
prometió desde el Ayuntamiento que ese evento,
organizado gracias al esfuerzo de muchas organizaciones
sociales, se trasladaría a los barrios a través de
mercados semanales. Se pensaba en un nuevo modelo de
ciudad y de aprovechamiento del espacio público. Sin
embargo, después de tanto tiempo, no nos queda otra que
pensar que eran sólo promesas y que nunca hubo firmeza y
voluntad política en esas promesas. Esperemos que a
partir de ahora se avance con más seriedad hacia la
concreción de un sistema alimentario urbano sostenible y
la salvaguarda de l’Horta y de las comunidades que la
cuidan”, ha declarado Piero Carucci, responsable del
área de dinamización local de CERAI .
Los beneficios de esta nueva ordenanza, en la tipología
agroalimentaria, incluyen el otorgamiento de concesiones
para los productores y productoras que fuesen
seleccionados por procedimientos de pública concurrencia
para comercializar sus productos locales en la ciudad de
Valencia. Gracias a estas concesiones estables y
duraderas los mercados tendrían mayor estabilidad y
garantía, beneficiando a las personas productoras al
generarse más apoyos y derechos tanto para las personas
físicas como las entidades que nos proporcionan
alimentos sostenibles desde la huerta.
“Gracias a la nueva ordenanza municipal reguladora de la
venta no sedentaria, aprobada hace casi dos años, las
productoras y productores de la zonas cercanas a la
ciudad de València, podrían vender directamente en los
mercados no sedentarios la producción propia y por lo
tanto, conseguir precios más justos”, ha afirmado Mireia
Vidal González, secretaria general de CCPV-COAG.
“Además, por medio del trato directo que brindan esta
tipología de mercados, las personas consumidoras podrían
conocer más sobre la realidad del sector, empatizar y
llegar a corresponsabilizarse de la producción de sus
alimentos y contribuir a la reducción de la brecha entre
el campo y la ciudad. Es fundamental que el Ayuntamiento
haga realidad estos mercados agroecológicos”, ha
concluido Vidal.
Además de estos mercados agroecológicos que se abrirán
en Valencia previsiblemente antes de finales de 2021,
también existen las ya conocidas como “Tiras de contar”
semanales, como la de Mossèn Sorell o Cabanyal, que son
paradas de agricultores de la huerta con derecho a
vender sus productos dentro o en las proximidades de
mercados ya existentes, y que se han convertido en
ejemplo de éxito. Las Tiras de contar, así como los
futuros mercados de venta directa, permiten a los
agricultores y agricultoras ecológicos de la huerta la
venta de sus productos sin intermediarios y a las
personas consumidoras acceder a verdura ecológica de
proximidad a buen precio. Sin embargo, es esencial
apostar por fórmulas que generen una mayor estabilidad
como los nuevos mercados que proyecta el Ayuntamiento.
“La apertura de nuevos mercados agroecológicos es clave
para que Valencia camine hacia la sostenibilidad. La
huerta solo tiene futuro si los labradores y labradoras
que la trabajan se ganan la vida dignamente. Dados los
abusos de los intermediarios, los canales de venta
directa son cada vez más una alternativa necesaria” ha
apuntado Marc Ferri, portavoz de Per l’Horta.
Tanto la pandemia por la COVID-19 como eventos
meteorológicos extremos causados por el cambio climático
y la propia vida urbana siguen poniendo de manifiesto la
necesidad de contar con ciudades resilientes, que puedan
hacer frente a cambios y que contribuyan a frenar la
emergencia climática. Para ello, un modelo de
alimentación sostenible es fundamental. En este
contexto, es crucial que Valencia continúe avanzando a
buen ritmo y se convierta definitivamente en un ejemplo
a seguir en materia alimentaria. |
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