• El conejo es una pieza clave en los
ecosistemas mediterráneos al ser la base de la cadena
trófica de más de 30 especies, entre ellas algunas
amenazadas como el lince ibérico, el águila imperial, el
águila perdicera o el buitre negro. Además, el conejo es
fundamental desde el punto de vista socio-económico por
ser la principal pieza de caza menor, algo que se puede
cuantificar en un valor económico de media de 15,3
millones de euros anuales, con una importancia muy
superior a otras especies, como la perdiz, la liebre o
la tórtola.
Sin embargo, desde hace años conservacionistas,
científicos, agricultores y cazadores alertamos de la
desequilibrada situación en la que se encuentra el
conejo y de la urgencia de poner soluciones a sus graves
problemas.
La densidad de conejo en la península ibérica hace 70
años, cuando las enfermedades que se ciernen sobre él
-mixomatosis y enfermedad hemorrágico vírica- aún no
habían aparecido, era muy superior a la actual. Este
descenso drástico y general de las poblaciones ha
provocado que la UICN categorice al conejo como especie
en ‘peligro de extinción’ en 2018 (publicado en 2019).
Por otro lado, es indiscutible que el conejo genera
cuantiosas pérdidas económicas al sector agrícola,
siendo la especie que causa mayor siniestralidad a los
cultivos. Estos daños parecen igualmente haber crecido
o, al menos, la percepción que se tiene de ellos.
Esta aparente contradicción con poblaciones
decrecientes, en general, y daños también en aumento,
puede deberse a incrementos de poblaciones de conejo en
zonas concretas debido a cambios en el hábitat, con
grandes crecimientos poblacionales en entornos con
intensificación agrícola, con abundante comida y con una
baja densidad de depredadores.
En concreto, las mayores abundancias aparecen ligadas a
zonas agrarias, y parece que los conejos estuvieran
abandonando su hábitat primigenio debido a procesos de
matorralización y al aumento de las densidades de otros
herbívoros que lo estarían desplazando.
DAÑOS A CULTIVOS AGRÍCOLAS POR EL CONEJO DE MONTE
El conejo genera cuantiosas pérdidas económicas al
sector agrícola: es la especie que genera mayor
siniestralidad a los cultivos. Ha afectado, de media, a
una superficie de 44.624 ha en los últimos 8 años en los
cultivos asegurados por Agroseguro, lo que supone más
del 50% de la extensión de los cultivos que presentan
daños de fauna. Cabe destacar que dentro de la gran
variabilidad interanual, el peor año registrado en
España en el último decenio, con diferencia, fue 2018
cuando la extensión de parcelas afectadas alcanzó las
73.834 ha en los cultivos asegurados.
De manera general vemos que existen más daños según
aumenta la abundancia de la especie, aunque no siempre
ocurre así. Por ejemplo, existen zonas con densidades
medias de conejo y grandes daños, y zonas con densidades
altas y relativamente pocos daños.
HERRAMIENTAS PARA EL CONTROL DE DAÑOS: ¿QUÉ MÁS SE
HACE APARTE DE INTENSIFICAR LA CAZA?
Las administraciones han proporcionado facilidades
ampliando los periodos de caza mediante órdenes
extraordinarias y los métodos de caza.
Si bien la caza podría jugar un papel vital en el
control de los daños, todo indica que utilizar sólo esta
herramienta no está resolviendo el problema y aún queda
mucho trabajo por hacer para gestionar correctamente el
conflicto. La gestión de los daños causados por el
conejo a la agricultura es compleja y va más allá de
gestionar la sobreabundancia. Por este motivo, no
debemos quedarnos parados observando cómo el conflicto
social se agrava cada vez más.
Desde PreveCo buscamos conocer qué medidas preventivas
-como vallados, cultivos alternativos y posaderos para
rapaces- son las más eficaces para evitar o reducir los
daños que se producen, garantizando así la coexistencia
de la fauna silvestre con las actividades humanas. La
eficacia de las medidas se probará en condiciones de
alta y baja densidad de la especie en zonas piloto de
Castilla-La Mancha y Extremadura.
Este proyecto no es el único que está probando medidas
alternativas y complementarias a la caza. Existen otras
iniciativas que están buscando soluciones, como el
proyecto de control biológico mediante la liberación de
zorros que ha puesto en marcha la Región de Murcia.
Un claro ejemplo de una gestión integrada es la
Comunidad Foral de Navarra, que involucra activamente a
todos todos los actores implicados. Así la
administración debe buscar soluciones, los cazadores
deben controlar las poblaciones de conejo y los
agricultores deben utilizar herramientas que protejan
sus cultivos.
Es necesario y urgente aumentar el conocimiento sobre la
eficacia del uso de medidas preventivas de daños de
conejo para proponer estrategias sostenibles a largo
plazo, que limiten los perjuicios a la agricultura y
permitan recuperar el equilibrio del ecosistema,
contemplando también el importante papel de los
depredadores naturales del conejo. Esto pasa porque las
políticas y estrategias de conservación de la naturaleza
incluyan también a esta emblemática especie y deje de
ser el gran olvidado. |
• © valenciadiario.com
© valenciadiario.es - 2015-2020 (Todos los derechos
reservados).
• Queda terminantemente prohibida la reproducción total
o parcial de los contenidos ofrecidos a través de esta
Web, salvo autorización expresa de valenciadiario.com, o
de valenciadiario.es.
• Queda prohibida toda reproducción a los efectos del artículo
32,1, párrafo segundo, Ley 23/2006 de la Propiedad
Intelectual.
• Queda prohibida la distribución, puesta a disposición,
comunicación pública y utilización, total o parcial, de los
contenidos de esta Web, en cualquier forma o modalidad, sin previa,
expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera
reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o
revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente
lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. |