• Elegir productos de nuestros pueblos
ayuda a frenar la despoblación y a mitigar la crisis
ecológica.
• Greenpeace demanda que las administraciones apoyen los
productos rurales sostenibles, incentivando campañas de
concienciación, canales cortos de comercialización y
compra pública.
Este año 2020, la emergencia climática y ambiental nos
ha dejado, entre otras cosas, nuevos récords en
fenómenos meteorológicos extremos en zonas como
Centroamérica o África Oriental o cifras de
deforestación desconocidas en la Amazonía. En España, en
los últimos años, la emergencia climática también deja
olas de calor, grandes incendios forestales y el 75% del
territorio en riesgo de desertificación. La propia COVID-19
ha evidenciado que superar los límites ecosistémicos y
la deforestación tienen consecuencias catastróficas y el
confinamiento puso de manifiesto el papel esencial de
las actividades del sector primario para proveer de
bienes y servicios esenciales a las zonas confinadas,
teniendo menos dependencia exterior.
Para luchar contra el cambio climático y la pérdida de
biodiversidad es necesario recuperar aquellas
actividades que lo previenen, por lo que es fundamental
que la ciudadanía apoye iniciativas rurales sostenibles
clave. Para ello, se hace necesario que las
administraciones tomen medidas que faciliten el acceso,
incentivando canales cortos de comercialización y
garantizando la compra directa a las personas
productoras.
“Desde la campaña #hablaRural, Greenpeace pide un cambio
de patrón de consumo de la ciudadanía. Los mundos
rurales, nuestros pueblos y su actividad productiva
sostenible, son esenciales para nuestra supervivencia.
Apoyar los productos rurales sostenibles se traduce en
la fijación de población, el fortalecimiento del medio
rural y, por tanto, en la mitigación de la emergencia
climática y la pérdida de biodiversidad”, explica Julio
Barea, portavoz de la campaña #HablaRural.
Por eso, ante las próximas compras navideñas, Greenpeace
recuerda la necesidad de reinventar nuestro consumo y
priorizar el de productos rurales, sostenibles y
cercanos. Los esfuerzos para frenar los peores impactos
del cambio climático no se pueden llevar a cabo sin
cambios radicales en nuestro modelo de sociedad, y sin
reducir la brecha urbano-rural. El producto local,
ecológico y de temporada es bueno para la salud, para la
economía y para el planeta.
CINCO DEMANDAS A LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS PARA
FOMENTAR EL CONSUMO DE PRODUCTOS RURALES SOSTENIBLES:
- Campañas de concienciación orientadas al consumo
responsable de productos rurales por parte de la
población urbana, acompañadas de medidas que faciliten
la compra directa en origen a través de portales web,
reduciendo el encarecimiento improductivo de grandes
distribuidoras.
- Incluir de forma obligatoria en los pliegos de
contratación (de eventos públicos, comedores colectivos,
de edificios gubernamentales…etc) empresas proveedoras
rurales de proximidad, asegurando que se incorporen en
dichos pliegos el fomento de empresas proveedoras de
mujeres rurales.
- Incentivar canales cortos de comercialización,
garantizando la compra directa a las personas
productoras: recuperación de mercados tradicionales,
mercados no sedentarios de personas productoras,
plataformas para compra online, grupos de consumo
responsable, centros logísticos de distribución de
productos rurales, etc.
- Promover una fuente única, pública, gratuita y de
libre acceso que permita a la ciudadanía conocer
proveedores, tiendas, iniciativas…etc, que permiten
contribuir al medio rural para su desarrollo.
- Reducir la brecha digital en el medio rural, para
ayudar a promover la compra y venta de productos rurales
sostenibles en la ciudad, asegurando que el e-commerce
tenga criterios de sostenibilidad como embalaje
reutilizable o retornable, transporte sostenible, puntos
de recogida…
- Desde el surgimiento de la crisis de la COVID-19, han
aumentado las compras por internet. Más recientemente,
las plataformas de comercios experimentaron un aumento
de tráfico global sin precedentes entre enero de 2019 y
junio de 2020, superando incluso los picos de tráfico de
la temporada navideña. En general, los sitios web de
comercios generaron casi 22 mil millones de visitas en
junio de 2020, frente a los 16.07 mil millones de
visitas globales en enero de 2020. Y se trata de un
comercio al que no llega la España rural, ni como
productora ni como consumidora. Las compras en el
comercio minorista, que suele ser de proximidad,
bajaron, por ejemplo, un 14% en marzo y un 31% en abril
(estudio de ecommerce de Nielsen).
El carácter esencial del medio rural no se está
reconociendo, por lo que se ha generado una alta tasa de
abandono. Solo en nuestro país, hay 4 millones de
hectáreas de cultivos abandonados, quedando vegetación
muy vulnerable a grandes incendios, y el 90% de las
pequeñas explotaciones ganaderas ha desaparecido, pero
se ha triplicado, en cambio, el número de animales en un
modelo de producción industrial, que contamina aire,
tierra y acuíferos.
* Urge una transición ecológica y demográfica a todos
los niveles, que sea transversal y justa para no dejar a
nadie atrás. |
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