• La organización ecologista alerta de
que el plan de ayudas a vehículos diésel y gasolina,
además de ir contra la transición ecológica, podría
condenar a la obsolescencia a un sector que supone el
10% del PIB nacional.
• El Gobierno ha puesto a disposición de las aerolíneas
más de mil millones de euros en avales públicos, a los
que se suma el paquete de ayudas directas de 1.050
millones de euros para la automoción que se aprueba hoy.
El día en el que el Gobierno tiene previsto aprobar las
nuevas ayudas a la compra de automóviles, varios
escaladores de Greenpeace han desplegado en la plaza de
Neptuno de Madrid, junto al Congreso de los Diputados,
una pancarta de más de 200 metros cuadrados a 50 metros
de altura en la que se lee “No más dinero público a
empresas contaminantes”
[1].
Coincidiendo con el debate de la Comisión para la
Reconstrucción Social y Económica que se reúne hoy en el
Congreso, Greenpeace denuncia que, en el actual contexto
de crisis económica, se sigan apoyando los combustibles
fósiles con dinero público. Ayudas como las que hoy se
aprueban apuntalan un sistema económico e industrial que
se ha demostrado fallido e incompatible con los
compromisos climáticos.
Solo en España, ya se han aprobado más de mil millones
de euros en avales a las aerolíneas, a los que se suma
el paquete de hoy de ayudas por 1.050 millones de euros
para la automoción (de un total de 4.000), que reserva
250 millones para subvencionar la compra de vehículos
particulares, incluyendo combustibles fósiles como el
diésel, la gasolina o el gas.
“El Estado financia a industrias contaminantes con
dinero público en el contexto de la COVID-19,
comprometiendo los objetivos de reducción de emisiones
firmados por España”, ha declarado Adrián Fernández,
portavoz de Greenpeace, que pone como ejemplo a la
industria de la automoción: “Mientras países como
Alemania o Francia concentran sus ayudas en el
desarrollo de vehículos eléctricos, España aprueba
subvenciones millonarias para coches diésel y gasolina,
perpetuando así nuestra dependencia de los combustibles
fósiles. La llamada ‘neutralidad tecnológica’ es un
eufemismo para justificar las ayudas a vehículos
contaminantes”.
Greenpeace avisa del riesgo que supone para España
seguir basando las exportaciones en vehículos de
combustión interna, mientras los países de las
principales matrices (como Francia o Alemania)
evolucionan rápidamente hacia nuevas tecnologías. Si
esta situación se refuerza, además, con subvenciones
públicas, podría condenar a la obsolescencia a un sector
que supone el 10% del PIB nacional. “Lo sucedido en
Nissan podría repetirse si no se aborda la
transformación del sector hacia vehículos de cero
emisiones”, ha alertado Fernández.
La organización ecologista señala que es el momento
propicio para darle la vuelta al sistema y acometer
cambios estructurales de calado que impulsen y
fortalezcan al país, sobre todo para afrontar crisis
como la climática, que ya lleva tiempo avisando de sus
devastadores efectos.
CRÍTICA AL PLAN DE SÁNCHEZ PARA LOS VEHÍCULOS DE
COMBUSTIÓN
La acción de Greenpeace se produce el mismo día en que
el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar el plan
de rescate al motor, que contempla una inversión cercana
a los 4.000 millones de euros para incentivar la venta
de automóviles, incluidos los de combustión.
La organización ecologista critica que el Ejecutivo haya
disfrazado esta ayuda multimillonaria como “verde”
cuando en realidad supone apuntalar un modelo de
movilidad basado en el vehículo privado y contaminante.
Greenpeace denuncia que este plan de ayuda se ha
diseñado al dictado del lobby de la automoción, sin
esperar a la recuperación de la actividad (los
concesionarios han estado cerrados hasta hace apenas
unos días) y sin evaluar el impacto que supondrá una
mayor venta de vehículos diésel y gasolina. En lo
relativo a gases de efecto invernadero, las emisiones de
CO2 en los vehículos nuevos están subiendo al venderse
modelos cada vez más grandes, como los SUV
[2].
En opinión de Greenpeace, el Gobierno es plenamente
consciente de que es posible conceder ayudas solo a
coches cero emisiones, puesto que también se aprueba la
ampliación a 100 millones de euros del Plan MOVES II y
otros 300 para compra pública. La organización
ecologista reconoce estas medidas y destaca que sólo
apoyando una flota cero emisiones se podrá garantizar la
viabilidad laboral y ambiental de la automoción.
Además, Greenpeace valora positivamente que se comiencen
a vincular las ayudas a la renta de los compradores y
pide mayor progresividad para evitar subvencionar la
compra a las rentas altas. Por último, la Dirección
General de Tráfico (DGT) finalmente va a acceder a
revisar los criterios para el distintivo ambiental, una
petición largamente demandada por las asociaciones
ecologistas para evitar la intromisión con etiqueta ECO
o CERO de vehículos de gran potencia o que queman algún
tipo de combustible fósil.
NOTAS:
[1] Todas las personas que han participado en la
acción han respetado en todo momento el protocolo y las
medidas de seguridad marcados por el Estado de Alarma.
[2] La emisión media por vehículo se ha
incrementado 2 gr/km en 2018, según el estudio Emissions
from new passenger cars in the European Union elaborado
por el ICCT. |
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