• La Mesa del Congreso de los Diputados,
órgano rector y de representación del Parlamento, ha
publicado el pasado 3 de octubre, dos acuerdos por los
que se convocan 12 becas de formación práctica,
incumpliendo los requisitos mínimos y pretendiendo
encubrir lo que, según todos los indicios, serán
relaciones laborales que deberían tener la protección de
la legislación laboral. La secretaria de Empleo de CCOO,
Lola Santillana, advierte de que los servicios jurídicos
del sindicato están analizando la legalidad de estas
convocatorias y su impugnación ante los tribunales.
Le debe parecer a la Cámara ‘poco flexible’ nuestro
marco normativo, de ahí que haya convocado becas para
distintos departamentos saltándose no solo esos mínimos,
por otra parte orientados en el Plan Director por un
Trabajo Digno 2018-2020, de la Inspección de Trabajo,
aprobado por el mismo Ministerio que publicita las
convocatorias y que tiene comprometida la elaboración de
un estatuto de prácticas no laborales, sino algunas
otras cuestiones que son claramente discriminatorias:
límite de edad, año de inicio de estudios,
nacionalidad...
La jurisprudencia sobre cuándo una beca es tal y no
sustituye un puesto de trabajo con un contrato en regla
señala tres requisitos mínimos: las prácticas deben
formar parte de un programa de formación o sujetarse a
un plan formativo, estar tutorizadas, y la entidad,
empresa o administración pública donde se realizan no
puede apropiarse de los resultados de las prácticas.
Todo ello se ignora por las convocatorias de la Mesa del
Congreso. Su finalidad parece más bien,la de cubrir con
su trabajo las necesidades de la actividad de la Cámara.
La fórmula de la beca exige de un diseño formativo,
totalmente ausente en estas resoluciones, que no se
suple por la experiencia que proporciona el mero
desempeño de cualquier trabajo.
El fraude es evidente en los requisitos exigidos, entre
ellos la valoración como mérito de la experiencia
laboral previa a la beca o la inclusión en el proceso
selectivo de pruebas discrecionales. También es evidente
el abuso en las condiciones de desarrollo de la beca: se
señala explícitamente, por ejemplo, que la
contraprestación económica, con una cuantía bruta de
1075 €, es incompatible con cualquier otro trabajo
remunerado…; o que “los estudios y trabajos prácticos
realizados quedarán en propiedad del Congreso de los
Diputados” reconociendo implícitamente la relación
laboral.
“Solicitan personas con títulos universitarios en
distintas especialidades, más formación complementaria,
mas idiomas; se valora ostentar el título de máster e
incluso del doctorado. A mayor preparación más
posibilidades de precarización”… indica la responsable
de Empleo de CCOO, Lola Santillana; “no se dice nada de
qué formación específica van a adquirir con estas
prácticas y en qué puede beneficiarles. Muchas
obligaciones, disponibilidad total y ningún derecho”.
El Congreso de los Diputados, con convocatorias de estas
características está enviando a la sociedad y a la
juventud distintos mensajes, todos erróneos: que nuestro
sistema educativo ‘no está a la altura de la demanda’;
que por muchos méritos que aleguen nunca es suficiente
para tener tan siquiera una beca, por tanto mucho menos
un contrato, y ya ni hablemos de condiciones dignas.
“En nuestra regulación laboral existe el ‘contrato en
prácticas’, pensado precisamente para la inserción de
personas ya tituladas, y que se supone preparadas, pero
que necesitan un tiempo para especializarse en las
actividades concretas que puedan desarrollar”, señala
Santillana. Es un contrato con todos los derechos, en el
que el salario es menor al que pueda recibir una persona
de la misma cualificación con experiencia y, por
supuesto, con límite de tiempo.
No sabemos que puede ser más grave, que la Mesa del
Congreso desconozca la legislación laboral o que,
conociéndola, no proteja derechos básicos y esté
alimentando el cinismo y la desesperanza, valores de los
que vamos sobrados en los últimos años..
El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades
presentó en julio de este año el informe Inserción
laboral de los egresados universitarios. En él se dice,
entre otras cosas, que el 27,7% de quienes finalizaron
sus estudios en 2014 no tenía empleo en el 2018. Se dice
también que un 37% de las que están trabajando lo hace
en actividades por debajo de su cualificación… “No dice
nada, sin embargo, afirma la secretaria de Empleo de
CCOO, de quienes cotizan en alguna de las distintas
variedades de becas: en enero de 2019 había más de
74.000 personas realizando prácticas con beca, de las
que solo 16.000 eran prácticas curriculares
obligatorias”. |
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