• El 92% de las emisiones de amoníaco en
España son originadas por la ganadería industrial. Y
sigue aumentándolas, al contrario que el resto de
Europa.
• La Comisión Europea ha denunciado reiteradamente a
España por exceder sus emisiones de amoniaco un 39%
sobre el umbral establecido.
• El amoniaco es un gas contaminante que contribuye a la
acidificación del suelo, con consecuencias en la calidad
del agua y los cultivos.
• Cataluña es la comunidad más contaminante, según el
primer mapa sobre emisiones de amoniaco por la ganadería
industrial.
Pese a que, en los últimos años, se ha dado un repunte
en algunos países, entre 1990 y 2015 la UE consiguió una
reducción del 24% de las emisiones de amoniaco a la
atmósfera. Sin embargo, España no contribuyó a esta
reducción, todo lo contrario. En ese período, solo
España e Irlanda incrementaron sus emisiones, y solo en
España se incrementaron de forma significativa, un 12%,
frente al 1,6% de Irlanda. Entre 2014 y 2016, las
emisiones de amoníaco en España se incrementaron en un
6,13 %, lo que demuestra una tendencia de crecimiento
continuado en nuestro país.
El amoniaco, uno de los cuatro gases para los que se
establecen techos de emisión en la Directiva 2001/81/CE,
debido a su potencial contaminante y transfronterizo,
tiene graves repercusiones sobre el medio ambiente y de
forma indirecta sobre la salud de las personas.
Este incremento de las emisiones de amoníaco en España
se debe principalmente al crecimiento exponencial de la
ganadería industrial, ya que en 2017 este sector fue el
responsable del 92% de estas emisiones (el 73% de las
explotaciones de porcino y el 19% de aves). Cabe
destacar que, de las 100 industrias más contaminantes de
amoniaco de España, 94 son explotaciones ganaderas
industriales (54 de aves y 40 de porcino). Para hacernos
una idea, las tres más contaminantes juntas (dos de aves
y una de ganado porcino) contaminan casi lo mismo que la
fábrica de productos químicos de Solvay en Torrelavega,
la más contaminante de España, y más que cualquier
refinería de petróleo, planta de tratamiento de residuos
peligrosos o fábrica de fertilizantes sintéticos de
España.
En cuanto a la distribución de las emisiones por el
territorio, tres comunidades autónomas -Cataluña,
Castilla y León y Aragón- concentran el 61% de las
emisiones totales, destacando Cataluña con el 31% del
total.
De acuerdo con la información disponible, las emisiones
de amoniaco de España se encuentran un 39% por encima
del techo de emisiones establecido en la Directiva
2001/81/CE, lo que ha llevado a la Comisión Europea a
advertir a España que “las emisiones de amoníaco exceden
actualmente los límites máximos aplicables” y a
considerar su reducción como una de las acciones
prioritarias que España debe llevar a cabo en 2019.
España lleva incumpliendo los límites de emisión desde
que entraron en vigor en 2010.
“Es inadmisible y vergonzoso que España siga aumentando
sus emisiones de amoníaco e incumpliendo sus compromisos
mientras los demás países las reducen”, ha afirmado Luis
Ferreirim, responsable de Agricultura de Greenpeace
España. “Podemos seguir pensando en soluciones mágicas
pero la única forma de reducir drásticamente las
emisiones de amoniaco, así como de otros contaminantes
originados por la ganadería, es frenando de golpe la
expansión de la ganadería industrial y reduciendo la
cabaña ganadera. Greenpeace exige una moratoria estatal
inmediata a la ganadería industrial”, ha continuado
Ferreirim.
El primer mapa de la ganadería industrial en España,
publicado hoy por la organización ecologista dentro de
su campaña “Planeta en Carne Viva”, se basa en las
emisiones de amoníaco a la atmósfera que, por cierto, es
el único contaminante originado por la ganadería que se
reporta de forma consistente al Registro Estatal de
Emisiones y Fuentes Contaminantes. No obstante, solo las
explotaciones con más de 40.000 pollos, 2.000 cerdos o
750 cerdas reproductoras -e instalaciones que superen la
emisión de 10 toneladas al año- están obligadas a
declarar sus emisiones. Las explotaciones de rumiantes
(principalmente vacuno, ovino y caprino), que también
emiten amoníaco entre otros gases, no están obligadas a
declarar su emisiones. Por ejemplo, la macroexplotación
de vacuno que se pretende construir en Noviercas
(Soria), una auténtica fábrica de cambio climático y de
excrementos, no estaría obligada a declarar ninguna de
sus emisiones.
“Éste es el mejor mapa que se ha podido hacer, ya que el
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación no ha
querido dar a la organización la información que consta
en el Registro General de Explotaciones Ganaderas.
Esperamos en el futuro poder completarlo, incluyendo
también todos los nuevos proyectos que amenazan con
agravar aún más la situación en España, si no son
desechados a tiempo”, ha concluido Ferreirim. |
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