• La campaña electoral ha estado más
centrada en la descalificación del contrario que en la
propuesta y debate de soluciones a los principales
problemas y retos del país. Problemas y retos todos
ellos relacionados con el futuro económico (la creación
de una economía dinámica, robusta y competitiva, la
generación de empleo de calidad, la lucha contra la
pobreza y la exclusión social y la sostenibilidad de
sectores de gran incidencia socio-económica) y la
transición inteligente a una sociedad ecológicamente
sostenible, dados los riesgos que para nuestro país
tendría la agudización del cambio climático en marcha.
Tampoco se han posicionado, a pesar de la reivindicación
social existente al respecto, sobre actuaciones de gran
impacto económico, social y ambiental que deberían
haberse llevado a cabo hace ya tiempo, como ocurre con
el Corredor Mediterráneo.
Dado que la ejecución del Corredor Mediterráneo desde la
frontera francesa hasta Algeciras ha estado entre las
promesas, no cumplidas, durante los años en que han
gobernado los dos partidos más votados, es de suponer
que no haya ninguna oposición seria a que esta sea una
actuación prioritaria del futuro gobierno. Y digo del
gobierno porque, debido a los múltiples efectos que el
Corredor tendrá a nivel económico, social y
medioambiental en el país en su conjunto, debería ser
avalado y apoyado por distintos ministerios a cuyos
objetivos contribuye (Economía y Empresa; Industria,
Comercio y Turismo; Agricultura, Pesca y Alimentación;
Ministerio para la Transición Ecológica; Trabajo y
Ministerio de Política Territorial), además del más
directamente implicado en su ejecución, Fomento. Lo que
significa que no es sólo una asignatura pendiente de
este ministerio, sino de todo el gobierno y su máximo
responsable, el Presidente. En suma, debe considerarse
una política de Estado de primer orden y máxima
prioridad con el máximo soporte parlamentario.
Las razones que avalan esta condición de política de
Estado y la premura de su ejecución son múltiples y
fundamentales para la competitividad y crecimiento
económico de España, el cambio de modelo de desarrollo
de nuestra economía, el mantenimiento y generación de
empleo, la reducción del impacto medioambiental del
sistema económico y una mayor vertebración territorial
del país.
Como ya hemos mostrado en diversos artículos, la
creación de una doble plataforma en ancho europeo para
el tráfico de mercancías y pasajeros en el Arco
Mediterráneo Español es una condición fundamental para
el mantenimiento de la competitividad de un territorio
que representa más del 40% de la población y del empleo
de España y exporta más del 50% de nuestras mercancías
al exterior, especialmente destinadas al mercado
europeo. Con él no sólo se ve reducido
significativamente el coste del transporte, sino que se
incrementa la seguridad de llegada en tiempo y forma de
las mercancías a su destino y mejora el servicio al
cliente. Todos ellos factores fundamentales de
competitividad. Adicionalmente, el impacto
medioambiental se ve sensiblemente reducido en relación
al transporte por carretera, lo que en un contexto de
creciente sensibilidad medioambiental constituye un
factor adicional de competitividad, toda vez que
representa un poderoso instrumento de lucha contra el
cambio climático. Ni que decir tiene que todos estos son
factores fundamentales para mantener y reforzar el
empleo ya existente.
Para un espacio eminentemente turístico, el Arco
Mediterráneo, la conexión en alta velocidad para el
tráfico de pasajeros de los distintos núcleos turísticos
que contiene constituye un factor de proximidad y
conectividad que no sólo incrementa el atractivo
turístico de España, sino también la demanda de todos y
cada uno de los territorios afectados. La consecuencia
lógica es la mejora del producto turístico, mayor
actividad y más empleo. Adicionalmente, la mejor
conexión ferroviaria facilita la intercomunicación y la
integración territorial de regiones actualmente alejadas
por falta de buena conectividad. Es decir, contribuye
sensiblemente a la vertebración de España.
Con ser lo anterior fundamental para nuestro futuro
económico y social, no es quizás lo más importante.
Mayor impacto potencial tiene la combinación entre los
puertos del Mediterráneo español y el ancho europeo
internacional, al permitir desviar de forma rentable
parte del tráfico de mercancías que circula entre el
sudeste asiático y el centro y norte de Europa, lo que
constituye un factor fundamental para el desarrollo de
actividades de alto valor añadido y la atracción de
nuevas inversiones. La consecuencia de ello es mayor
crecimiento, cambio sectorial y creación de empleo y
empleo de mayor calidad.
El futuro gobierno de España tiene la gran oportunidad
no sólo de cumplir con una promesa largamente pospuesta
por anteriores gobiernos, sino de impulsar seriamente el
potencial de desarrollo de la economía nacional, creando
riqueza y contribuyendo a un desarrollo ecológicamente
más sostenible y socialmente más inclusivo. Sin olvidar
que tal infraestructura cuenta con la ayuda a la
inversión de Bruselas. En suma, se trata de un proyecto
transversal, con un gran efecto multiplicador,
integrador y amparado por la Unión Europea, fundamental
para dar contenido a una estrategia de progreso
económico, social y ambiental. |
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