• En periodo electoral es cuando los
partidos políticos presentan sus propuestas de acción
pública a los ciudadanos para el inmediato futuro.
• El buen gobierno es el que persigue afrontar los
problemas más importantes que afectan a la sociedad y
crear las condiciones que permitan mejorar las
oportunidades y bienestar de sus ciudadanos.
• La selección de los objetivos y las medidas de
política pública a llevar a cabo, y la prioridad que se
les confiere en el programa, constituyen buenos
indicadores de la inteligencia política y del grado de
compromiso con el interés general de los partidos.
España afronta hoy un serio problema de desempleo,
desequilibrios estructurales, problemas de
competitividad y atraso en sectores punteros. Necesita
de forma imperiosa una evolución del modelo productivo
para elevar las oportunidades y el bienestar de sus
ciudadanos. Resolver aquellos problemas y afrontar con
éxito el proceso resulta complejo, pero existen
capacidades empresariales y laborales que, con el
adecuado entorno institucional y de política económica,
harían posibles avances significativos en poco tiempo.
Sin olvidar que, dejada a su propia inercia, la
situación actual puede agudizar los problemas sociales,
afectando a colectivos muy vulnerables.
Un proyecto estratégico de fundamental importancia para
avanzar en la mejora de la competitividad de nuestra
economía, la generación de nuevas actividades de mayor
valor añadido, la creación de empleo y la eliminación de
riesgo de degradación social de colectivos
económicamente muy vulnerables, lo constituye la
ejecución del Corredor Mediterráneo en ancho europeo
para el tráfico de mercancías y pasajeros. Un proyecto
que no ha avanzado al ritmo que su relevancia hubiera
exigido, a pesar de estar incluido en la Red
Transeuropea de Transportes, poder beneficiarse de
ayudas europeas, haber sido reconocida su relevancia por
los responsables públicos de gobiernos de distinto color
y contar con un amplio respaldo social y del mundo
empresarial.
Por su trascendencia para España, la rápida ejecución
del Corredor Mediterráneo debe ser una acción
prioritaria de primer orden en cualquier programa
electoral responsable y un motivo de acuerdo de todos
los partidos. Y ello por varias y poderosas razones:
1) Constituye un modo de transporte fundamental
para el acceso rápido y directo a los principales
mercados de los productos españoles, ya que las
exportaciones del Arco Mediterráneo representan más del
50% del total nacional.
2) El tráfico ferroviario en ancho europeo
abarataría a día de hoy el coste de transporte de
nuestras mercancías en unos 6 céntimos por kilo en
promedio, lo que sólo en el caso del sector citrícola
valenciano supone un ahorro en coste de unos 250
millones de euros. Además, agiliza los envíos y mejora
el servicio al cliente, especialmente en invierno,
descongestiona el tráfico por carretera y sortea los
problemas que plantean las huelgas en Francia.
3) Reduce significativamente el impacto
medioambiental del transporte de mercancías, haciendo de
él un poderoso instrumento de lucha contra el cambio
climático y de mejora de la imagen de nuestros productos
en una sociedad con una creciente conciencia ambiental.
Sin olvidar que el problema medioambiental va a ser en
el inmediato futuro un factor de rápido encarecimiento
del transporte por carretera.
4) Facilita la integración del principal espacio
turístico de España, con la consiguiente mejora de la
oferta turística nacional y el impulso de un sector
fundamental.
5) Los anteriores efectos repercuten, por un
lado, en la mejora de la competitividad y sostenibilidad
de la economía nacional y, por el otro, benefician a
sectores sociales altamente vulnerables y amenazados por
la competencia internacional, como los agricultores y
trabajadores de sectores tradicionales.
6) La plena implantación del Corredor contribuirá
también a la evolución de nuestro modelo productivo, al
hacer de los puertos del Arco Mediterráneo lugares de
tránsito del flujo de mercancías que circulan entre Asia
y Europa, lo que no sólo incrementará la actividad
portuaria, sino que impulsará y atraerá nuevas
actividades de mayor valor añadido, con los
consiguientes efectos sobre el empleo.
El impacto que el Corredor Mediterráneo promete tener
para un eje fundamental de desarrollo de la economía
española, y los efectos multiplicador y de arrastre que
ello tendrá sobre el resto de la economía nacional,
hacen de él un poderoso instrumento de política
económica que ningún actor político inteligente,
realista y comprometido con el interés general puede
obviar. Pero cuenta además con el soporte decidido, y
puesto de manifiesto en varios actos de ámbito nacional,
del mundo empresarial del conjunto del País, lo que no
debería ser obviado por los distintos candidatos.
Obviarlo, es decir, no contemplarlo de forma unívoca en
la campaña electoral de que el Corredor Mediterráneo sea
una realidad, tendrá a buen seguro, efectos electorales
negativos en el Arco Mediterráneo y en el resto de
España.
Federico Félix
Presidente de la Fundación Pro AVE
Vicepresidente de FERRMED |
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