• “Los plásticos que abandonas pueden
acabar en cualquier lugar de la naturaleza. Por ejemplo
en tu cuerpo” es el mensaje de la campaña, que invita a
reflexionar sobre el impacto que tienen los plásticos
abandonados en el medio ambiente y las posibles
consecuencias que puede tener en la salud.
• Esta campaña da continuidad a las acciones de ciencia
ciudadana del Proyecto LIBERA, en las que, de los
109.000 residuos caracterizados desde su inicio, los más
encontrados son las colillas, los envoltorios de comida,
las botellas de plástico, las toallitas y las bolsas,
todos ellos compuestos de plástico.
• Va acompañada del informe El impacto del abandono de
plástico en la naturaleza a nivel mundial para conocer
más datos sobre la afectación y soluciones posibles.
El proyecto LIBERA, de SEO/BirdLife en alianza con
Ecoembes, ha presentado hoy una campaña sobre uno de los
residuos abandonados más encontrados en las acciones de
limpieza que se desarrollan desde el proyecto, el
plástico. Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife
y Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes, han
presentado la campaña No abandones más plásticos, que
además de concienciar, contempla una recopilación
científica sobre El impacto del abandono de plástico en
la naturaleza a nivel mundial.
La campaña tiene como objetivo llamar la atención de
todos los ciudadanos sobre el impacto que tienen los
plásticos abandonados en el medio ambiente y las
posibles consecuencias que pueden tener en la salud. Con
el mensaje “Los plásticos que abandonas pueden acabar en
cualquier lugar de la naturaleza. Por ejemplo, en tu
cuerpo” y la imagen gráfica, las piezas pretenden
asemejar el cuerpo humano a la naturaleza, y así mostrar
que, igual que se cuida el cuerpo humano, se debe cuidar
la naturaleza porque formamos parte de ella. Para
acompañar a la campaña se ofrece más contenido de
sensibilización en www.proyectolibera.org/dondeacabalabasuraleza
Según un estudio, el 79% de todos los plásticos creados
desde sus orígenes, hace 150 años, está en vertederos o
se encuentran abandonados en la naturaleza de todo el
mundo.
“Estamos ante un grave problema ambiental del que todos
somos responsables. La producción de plástico aumenta
con unas cifras escalofriantes: se producen anualmente
407 millones de toneladas[i] a nivel mundial”, ha
apuntado Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.
“Y sabemos que la mayoría acaba en vertederos o en
entorno naturales de todo el mundo[ii], suponiendo una
importante amenaza para la conservación de nuestra
biodiversidad, llegando incluso a entrar en la cadena
alimenticia, afectando a nuestra propia salud. Pero esto
es la consecuencia, debemos fijarnos en el origen del
problema”.
“Debemos fomentar desde todos los ámbitos otro modelo de
economía, pensar en la economía circular como única
garantía de futuro. Como ya dijimos en la presentación
de este proyecto: debemos cambiar la mentalidad y pasar
del “no lo cojas, es basura” a “no lo tires, es un
recurso”, ha añadido Ruiz.
En palabras de Óscar Martín, consejero delegado de
Ecoembes: “Estamos ante un problema que tiene solución.
Sumando fuerzas y trabajando en la concienciación de
todos, podemos llegar a un futuro sin basuraleza. La
sociedad necesita generar conciencia sobre el problema
del abandono de residuos en la naturaleza. En primer
lugar es importante fomentar un consumo responsable; es
el ciudadano la que puede elegir qué, dónde y cómo
comprar e incluir criterios ambientales en esa decisión.
Debemos plantearnos nuestro modelo de consumo y virar al
modelo de economía circular. Por último, es fundamental
que los residuos generados no se abandonen sino que se
depositen en el contenedor o papelera correspondiente
para, si cabe, su posterior reciclaje”.
IMPACTO EN LA NATURALEZA
El terreno donde la comunidad científica internacional
ha avanzado más es el del impacto de los plásticos en
los mares y océanos, sobre todo en relación a la vida
silvestre. Los primeros casos documentados de ingestión
de plástico datan de 1966, cuando se encontraron 74
pollos de albatros de Laysan en un atolón del
Pacífico[iii]. De entre los últimos datos obtenidos,
destacan los de los investigadores de CSIRO (Commonwealth
Scientific and Industrial Research Organisatio) de
Australia y del Imperial College de Londres, que han
encontrado que la mayoría de las especies de aves
marinas contienen plástico en sus intestinos y se estima
que en 2050, el 99% de las aves marinas tendrán plástico
en su aparato digestivo por ingesta directa[iv].
La recopilación científica sobre El impacto del abandono
de plástico en la naturaleza a nivel mundial presentada
hoy también recoge un estudio llevado a cabo por el
Instituto de Ciencias Marinas de Virginia que demostró
que grillos de la especie Acheta domesticus y otros
insectos terrestres pueden ingerir plásticos desechados
en la naturaleza y con ello acumular polibromodifenil
éteres (PBDE), unos compuestos químicos
medioambientalmente persistentes que se usan como
aditivos en los plásticos y que se consideran tóxicos
[30]. Según otro estudio realizado en Estados Unidos,
los seres humanos también estamos expuestos a los PBDE,
principalmente a través del polvo y nuestra dieta[v].
Además de otros impactos procedentes del uso del
plástico en actividades agrarias, destaca el abandono en
zonas agrícolas y ganaderas por convertirse en una
trampa mortal para muchos animales. Un estudio alertaba
de cómo los enredos provocados por cuerdas de enfardar
amenazan a las águilas pescadoras. Este material,
obtenido de desechos agrícolas, es usado por estas y
otras aves para construir sus nidos, suponiendo un
peligro para los pollos y los adultos, pudiéndoles
llegar a causar estrangulamientos[vi].
Otro estudio sobre la cigüeña blanca en Polonia, analizó
el impacto de las cuerdas de plástico en el desarrollo
de sus pollos y mostró que este material provocó enredos
en las patas de al menos el 21% de los individuos
estudiados, ocasionando la destrucción parcial de las
patas, llegando en algunos casos a la autoamputación[vii].
Gracias a las campañas de ciencia ciudadana del Proyecto
LIBERA, se han logrado caracterizar 109.000 residuos
recogidos de la naturaleza que muestran la gran
presencia de plásticos abandonados: colillas,
envoltorios, toallitas, bolsas. Para continuar
conociendo el impacto de la basuraleza, desde LIBERA se
ha puesto en marcha un gran proyecto de ciencia que
tiene como objetivo conocer el impacto de la basuraleza
en 140 Áreas Importantes para la Conservación de las
Aves y la Biodiversidad (IBA). Se van a tomar muestras
de agua, suelo y excrementos de animales silvestres que
se analizarán por investigadores del CSIC para analizar
la presencia de fitosanitarios, metales pesados,
derivados de plástico y medicamentos.
SALUD HUMANA
El impacto de los plásticos en la salud humana está por
determinar. Estudios preliminares abalan la presencia de
microplásticos en el cuerpo humano[viii]. La comunidad
científica trabaja en generar conocimiento acerca de
cómo puede afectar a nuestro organismo el consumo
continuado de estos microplásticos. Cabe destacar que
los plásticos frecuentemente contienen aditivos como
pigmentos, estabilizadores UV e ignifugantes, aumentando
la tipología de sustancias químicas a las que estamos
expuestos con la ingesta de plásticos. El bisfenol A (BPA),
sustancia utilizada en la producción de algunos
plásticos, fue incluida en 2017 en la lista de
sustancias candidatas extremadamente preocupantes en la
Unión Europea debido a sus efectos potencialmente
tóxicos para la capacidad reproductora y potenciales
propiedades de alteración endocrina. En diciembre de
2016, la Comisión Europea tomó la decisión de restringir
el uso del BPA en el papel térmico en la Unión Europea.
Esta prohibición entrará en vigor en 2020.[ix]
SOLUCIONES
El informe también recoge una batería de soluciones que
pasa por la responsabilidad individual de no abandonar
ningún residuo, consumir de manera responsable, reducir,
reutilizar, reciclar; la implicación de la comunidad
científica para seguir investigando sobre la afectación
en todos los ecosistemas; el compromiso de las
administraciones públicas para el desarrollo de
políticas que integren la prevención en el abandono de
basuras, la conservación de la biodiversidad, la salud y
el medio ambiente de acuerdo con los principios de una
economía circular; la apuesta sostenible del sector
industrial y el apoyo de la comunidad educativa y de las
organizaciones ambientales. Todo ello, incidiendo en la
concienciación como base de la problemática en todos los
sectores.
En este sentido, el Proyecto LIBERA, desde sus inicios
en mayo de 2017 trata de presentar soluciones para
acabar con la basuraleza trabajando desde tres ámbitos
de actuación: el conocimiento, la prevención y la
participación. A pesar de su corta andadura, el proyecto
ha generado un movimiento social en el que han
participado 28.000 ciudadanos y han colaborado 740
entidades en 703 puntos de trabajo, en los que se han
recogido un total de 107 toneladas de basuraleza.
“Estamos seguros de que con todo el conocimiento que
estamos aportando desde LIBERA, unido a la
sensibilización, educación y a la participación, vamos a
dar grandes pasos para acabar con este grave problema.
En definitiva, la solución está en manos de todos y pasa
por consumir con cabeza, producir de manera sostenible y
en no dejar ni un plástico sin reciclar, mucho menos
abandonado en la naturaleza”, ha cerrado Óscar Martín,
consejero delegado de Ecoembes.
“Debemos enfocar la mirada al origen del problema. Es
necesario conocer y sensibilizar para que todos los
agentes implicados pongamos las medidas necesarias y se
consiga cambiar el modelo de consumo basado en la
economía circular, hasta alcanzar el vertido cero.
Porque no hay mejor residuo que el que no se genera”, ha
concluido Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife. |
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