• La Estación Biológica de Doñana ha
elaborado un contundente informe que demuestra que la
mejor opción para la conservación de la biodiversidad de
la zona es la demolición del complejo urbanístico.
• Las organizaciones que interpusieron el contencioso,
Ecologistas en Acción y Adenex, se muestran satisfechas
porque el informe refrenda punto por punto sus
argumentaciones, al tiempo que echa por tierra los
planteamientos de los propietarios y de la Junta de
Extremadura para justificar un escenario de inejecución
de la sentencia de demolición, que no se sostiene desde
el punto de vista científico.
Tras un dilatado proceso de elaboración, la Estación
Biológica de Doñana, dependiente del CSIC, ha elaborado
un completo informe, de casi 1.200 páginas, en el que
responde a las catorce preguntas planteadas por la Sala
Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de
Justicia de Extremadura, TSJE, en relación a las
condiciones ambientales de la Isla de Valdecañas previas
a la urbanización, los efectos ambientales de su
transformación y las consecuencias de la demolición del
complejo Marina Isla de Valdecañas, tal y como ordena la
sentencia de nulidad. Las conclusiones no dejan lugar a
dudas.
Efectivamente, el informe de este prestigioso centro de
investigación deja poco margen a la duda cuando concluye
que “mantener el Complejo en su estado actual no puede
considerarse en modo alguno una medida de conservación,
sino la opción más perjudicial para la ZEPA, solo
superada por el detrimento que causaría terminar de
ejecutar el Proyecto de Interés Regional. Por tanto […]
la opción más beneficiosa es la restauración ambiental
de la isla”.
La demolición es la opción más adecuada puesto que “la
demolición seguida de una restauración ecológica tendría
un impacto ambiental positivo sobre la ZEPA a largo
plazo, en la medida en que suprime un foco de actividad
humana permanente y devuelve el espacio ocupado, creando
oportunidades de regeneración de los procesos ecológicos
y de restablecimiento de la biodiversidad perdida por el
uso urbano”, algo que tira por tierra los argumentos de
la propiedad y de la Junta de Extremadura, empeñados en
intentar demostrar que la demolición es más perjudicial
para el medio ambiente que el mantenimiento de las
construcciones y su uso.
Es más, el informe de la Estación Biológica afirma que
los argumentos de la Junta –tratando de mostrar los
perjuicios que tendría una restauración que simulara
exactamente las condiciones previas a la transformación
de la isla– no tienen ninguna razón de ser, puesto que
lo razonable es la demolición seguida de una
restauración ecológica activa y pasiva partiendo de la
situación actual.
En otros pasajes, el informe concluye que “no había
razones objetivas para que la isla de Valdecañas fuera
excluida de la ZEPA”, y destaca a continuación los
importantes valores naturales que poseía antes de las
obras: “la isla contenía uno o más tipos de hábitats
protegidos por la legislación europea. Antes de las
obras la isla tenía valor para las aves de la ZEPA, y en
el interior de la misma había especies de plantas de
interés biogeográfico y de conservación. Los hábitats de
la isla eran potencialmente utilizables por el 72% de
las aves terrestres de la ZEPA en época de reproducción
y por el 61% en época invernal”.
También deja claro que la DIA, de escaso valor técnico,
aprobó un proyecto con gran cantidad de deficiencias y
“sin la certidumbre exigida por la legislación
comunitaria de que el proyecto resultaba compatible con
los objetivos de conservación de la ZEPA”, así como que
el Plan de Vigilancia se ha desarrollado de modo
sumamente deficiente.
En definitiva, el informe pericial supone un fortísimo
varapalo para las pretensiones de los propietarios y de
la Junta de mantener la urbanización argumentando una
mejora del ecosistema, lo que les permitiría su
mantenimiento según la Ley de Suelo extremeña. Todo lo
contrario, el informe remacha que “La construcción del
Complejo y su funcionamiento han tenido diversos
impactos ambientales, negativos y de consideración,
sobre la isla y la ZEPA […], lo que teóricamente supuso
la desaparición de un tercio de las especies de aves
terrestres en época de reproducción y de un quinto de
las especies invernantes. La mayoría de estas especies
estaban protegidas por la ley”.
Las organizaciones ecologistas que recurrieron este
proyecto de urbanización, Ecologistas en Acción y Adenex,
entienden que sobre la base de lo constatado con toda
rotundidad en este informe científico y lo ya
manifestado por el Tribunal Supremo respecto al PIR de
Valdecañas no existen razones de orden legal ni material
que impidan la ejecución de la sentencia que en su día
dictó el TSJE. Por tanto, se debe proceder a la
demolición del complejo urbanístico buscando el mejor
escenario de restauración del espacio protegido por la
Red Natura 2000, restituyendo así la legalidad
urbanística tras más de una década de proceso judicial.
También quieren recordar que de haber hecho caso a sus
argumentos y haberse paralizado cautelarmente las obras
durante el proceso y, sobre todo, tras las primeras
sentencias que ganaron en los tribunales antes de que se
realizara el grueso de la urbanización, nos habríamos
evitado una gran cantidad de problemas, gastos y daños
al ecosistema. Por ello refrendan su intención de exigir
el cumplimiento de la sentencia y, con la fuerza de los
argumentos de este informe del CSIC, que se proceda a la
demolición de lo urbanizado y a la regeneración de la
zona. |
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