• La Organización de Consumidores y
Usuarios ha realizado una encuesta a 1.139 españoles
sobre vejez desde la óptica del adulto, el anciano y el
cuidador.
• Solo el 31% de los menores de 65 años espera tener una
buena calidad de vida, mientras que el 71% de los
mayores afirma disfrutarla.
• Las perspectivas económicas son un factor decisivo
para plantear la vejez de forma más o menos positiva
entre las personas de mediana edad.
• El 64% de los encuestados menores de 65 años cree que
el dinero no le alcanzará para cubrir sus necesidades
futuras.
• Los mayores puntúan la oferta profesional de cuidados
como insuficiente, tanto los servicios a domicilio (5,3
sobre 10) como las residencias (4,5 sobre 10).
• Si se cumplen las previsiones, España se convertirá en
pocos años en el país más longevo del mundo, por delante
de Japón, que lleva años ostentando ese récord. Sin
embargo, el alargamiento de la vida no siempre va
acompañado de una buena calidad de vida.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha
realizado una encuesta a 1.139 españoles sobre vejez
desde la óptica del adulto, el anciano y el cuidador.
Con ella, la Organización pretende desvelar cuáles son
las expectativas que tienen las personas de mediana edad
(entre 45 y 64 años), contrastándolas con las realidades
de quienes ya están en la llamada tercera edad (entre 65
y 84 años). Para completarlo, la OCU ha recabado la
opinión de numerosos cuidadores de personas en situación
de dependencia.
LA RESIDENCIA, LA ÚLTIMA OPCIÓN DESEADA
La encuesta de OCU revela que solo el 2% de la población
de cualquier edad contempla la posibilidad de ir a una
residencia mientras se mantenga con buena salud. Entre
los de mediana edad, el 42% de los encuestados acudiría
a ella si se encontrara en una situación de dependencia.
Sin embargo, a medida que avanza la edad, este propósito
disminuye: solo el 26% de los encuestados de más de 75
años desea instalarse en una residencia si se convierte
en dependiente y el 48% manifiesta no querer dejar su
hogar, pese a todo.
Si se piensa en los cuidados que se necesitarán llegada
la vejez, la mayoría de los encuestados prefiere contar
con la familia para disfrutar de compañía y realizar
actividades sociales y a los profesionales para ayudar
con la higiene personal y el trabajo del hogar.
Además, hay disparidad de opiniones entre quienes creen
que podrán contar con el apoyo de un familiar y los que
descartan esa opción de antemano: uno de cada cinco
encuestados menores de 65 años cuenta con ello, mientras
que el 32% descarta esa posibilidad. Según OCU, esta
última intuición coincide con la situación real de gran
parte de los mayores de 65 años que tienen alguna
dificultad para desenvolverse, pero que sin embargo
carecen de ayuda familiar.
Entre los motivos que señalan estos mayores para
justificar esa situación están el deseo propio por no
querer molestar a sus allegados, la distancia con el
domicilio de sus familiares o la falta de tiempo de los
mismos. Además, los mayores puntúan la oferta
profesional de cuidado de mayores como insuficiente,
tanto los servicios a domicilio (5,3 sobre 10) como las
residencias (4,5 sobre 10).
ENTRE EL PESIMISMO Y LA ESPERANZA
Una de las principales conclusiones de esta encuesta es
que los españoles de mediana edad imaginan su vejez de
una forma más negativa a como la ven quienes ya han
llegado ella. Así, por ejemplo, los encuestados entre 45
y 64 años puntúan de manera anticipada su futuro con una
valoración de 66 sobre 100, una cifra bastante inferior
al 81 que los de mayor edad otorgan a su calidad de vida
global.
Otro de los datos más relevantes que se desprenden de
este estudio, es que las perspectivas económicas son un
factor determinante para plantear la vejez de forma más
o menos positiva entre las personas de mediana edad
(entre 45 y 64). Según la encuesta de OCU, cuanto más
acomodada se prevé la situación financiera, mejor se
imaginan los demás componentes de la calidad de vida,
incluso aquellos que nada tienen que ver con el dinero,
como el grado de movilidad.
De hecho, el 64% de los encuestados menores de 65 años
cree que el dinero no le alcanzará para cubrir sus
necesidades futuras, por eso cerca de la mitad ahorra en
una cuenta corriente y cuatro de cada diez tiene un plan
de pensiones.
Entre los mayores, sin embargo, el estado de salud y la
vida social son los factores que más influyen en la
percepción de la calidad de vida global; cuanto más
escasas son la una, la otra o ambas, más baja es la nota
que se asigna a la calidad de vida en su conjunto.
CUIDADORES, UN PAPEL DIFÍCIL
En el estudio de OCU, tres de cada diez encuestados
entre los 45 y los 84 años se encuentran involucrados en
el cuidado de alguna persona dependiente. Muchas de
estas personas dedican gran cantidad de tiempo a esta
tarea: un 26% todos los días del año y otro 25% al menos
cuatro horas, seis o siete días a la semana.
Además, la entrega al cuidado de un dependiente supone
en muchos casos una pérdida de calidad de algunos
aspectos de la vida del cuidador, como el ocio y la vida
social, la situación financiera o el estado de salud.
Tres de cada diez cuidadores, de hecho, dicen que su
papel tiene un gran impacto en su salud mental. |
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