• Greenpeace presenta el informe europeo
“2028: Fin de los combustibles fósiles en los coches” en
el que se calcula el tiempo que el planeta puede
soportar sus humos.
• En el marco de la Semana Europea de la Movilidad, la
organización pide al gobierno una fecha de eliminación
en España para los diesel y gasolina, así como un marco
regulatorio vinculante.
• Los actuales debates sobre las nuevas normativas de
CO2 muestran hasta qué punto se desconoce la magnitud
del problema.
Activistas de Greenpeace han “lanzado” esta mañana un
coche al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS)
y han desplegado pancartas con los lemas: “2028: Coches
contaminantes al museo” y “2028 ni diesel, ni gasolina”
para explicar que, si queremos que la temperatura media
del planeta no suba más de un 1,5ºC, los motores de
combustión, en menos de 10 años, sólo podrán estar en
los museos, como algo del pasado.
Y es que, si Europa quiere cumplir su parte en el
Acuerdo Climático de París, el mayor compromiso global
hasta la fecha, las ventas de automóviles de gasolina,
diésel e híbridos convencionales en Europa deben
finalizar en 2028 [1]. Es la conclusión principal del
nuevo estudio que hoy lanza Greenpeace a nivel europeo,
realizado por el prestigioso Centro Aeroespacial Alemán
(DLR), en el que se analizan, además, los efectos de los
cambios políticos y tecnológicos sobre la cantidad y los
tipos de automóviles vendidos, así como su vida útil.
Los resultados obtenidos de este modelo matemático, en
el que se plantean varios escenarios partiendo del
parque móvil actual y de los tipos de coches que se
venden (diésel, gasolina, híbridos, gas, híbridos
enchufables y eléctricos), calcula las emisiones
acumuladas de CO2 en el parque circulante año tras año,
así como las ventas y existencias de cada tipo de motor,
en función de unas condiciones de contorno. Según el
informe, el número de automóviles diesel y de gasolina
en la carreteras europeas deberá reducirse en más de un
80% para 2035 y, a menos que se tomen medidas
específicas, los automóviles convencionales deberían
sólo permanecer en el inventario total hasta principios
de 2040. Esto sólo será posible si los gobiernos y la
industria del automóvil asumen la responsabilidad real
de abordar el problema del cambio climático.
“La eliminación progresiva del motor de combustión
interna no solo beneficiará al clima, sino que también
ayudará a resolver la crisis de contaminación del aire y
mejorará la calidad de vida“, ha manifestado Raquel
Montón, responsable de movilidad de Greenpeace. “Es un
ambicioso reto para la industria del automóvil europea y
española, pero no aceptarlo significa condenar a la
desaparición a su sector, junto con la sentencia de
muerte del clima”.
Los actuales debates entre el Parlamento Europeo y los
gobiernos sobre las nuevas normativas de CO2 para
automóviles y furgonetas muestran hasta qué punto los
políticos europeos no comprenden la verdadera magnitud
del desafío. España es el quinto mercado de ventas de la
UE con un 8%, y el sexto país europeo con mayor cantidad
de vehículos de pasajeros, la mitad que Alemania
aproximadamente. En 2016 había 22.876.830 de turismos
matriculados, pero conviene no olvidar que casi 9 de
cada 10 vehículos que se fabrican en España se exportan
a otros países. Poner una fecha límite al motor de
combustión es una llamada de atención a los fabricantes
para que reconviertan su industria en un modelo
sostenible y no contaminante, antes de que el mercado
europeo busque en otro lugar esta producción que, en
España, representa más del 10% del PIB.
Cada país deberá adoptar una fecha de eliminación
significativa e instalar un marco regulatorio vinculante
para implementarla. La organización ecologista recuerda
a la ministra de Transición Ecológica e Industria,
Teresa Ribera, que la movilidad y el transporte no son
sólo asunto de fabricantes y sindicatos, también es un
tema ambiental de primera magnitud y en sus propuestas
participativas deben verse representadas. Por ello
Greenpeace reclama al Ministerio de Industria su
inclusión en la Mesa de Movilidad propuesta por dicho
organismo para afrontar los diferentes aspectos que
afectan a la movilidad en las ciudades.
DEMANDAS DE GREENPEACE:
Los gobiernos europeos deben proporcionar un marco
normativo vinculante para garantizar que las ventas de
automóviles con combustibles fósiles, incluidos los
híbridos convencionales, se suspenden para el año 2028,
a más tardar, y ciertas naciones tendrán que ir aún más
lejos, para frenar el cambio climático.
Además, visto su enorme impacto en la contaminación del
aire, Greenpeace hace un llamamiento a los gobiernos
para que eliminen las nuevas ventas de diesel lo antes
posible, y mucho antes de 2028. Los gobiernos nacionales
y municipales deben eliminar la necesidad y reducir el
número total de automóviles mediante medidas como:
• Invertir en mejorar las infraestructuras del
transporte público, el ciclismo y las zonas peatonales,
favorecer la combinación entre modos de transporte y
lograr un cambio radical en la movilidad, especialmente
en las zonas urbanas.
• Implementar medidas de restricción de vehículos (tales
como zonas de emisiones cero, medidas impositivas e
incentivos, etc.)
Para que los vehículos eléctricos puedan desarrollar
todo su potencial y contribuir mejor a la transición
energética, los responsables políticos europeos y
nacionales deben asegurarse de que:
• La electricidad basada en energía renovable se expande
lo suficientemente rápido como para cubrir la demanda de
energía adicional de los vehículos eléctricos, en línea
con un objetivo de energía 100% renovable
• Las redes y otras infraestructuras están adaptadas
para garantizar la “carga y descarga inteligente” de las
baterías de los EV, y para almacenar energía utilizable
cuando las renovables (solar, eólica) produzcan menos.
• La reutilización de la batería se vuelve más atractiva
que el reciclaje, y el reciclaje se hace obligatorio en
todas partes.
• Se fomenta el uso del vehículo compartido, en
detrimento del coche en propiedad
• La minería para baterías se regula adecuadamente para
garantizar que se lleve a cabo de una manera ambiental y
socialmente responsable.
• Las compañías automovilísticas deben dejar de producir
automóviles diesel inmediatamente y eliminar la
producción de los vehículos de gasolina (incluidos los
híbridos), en línea con la fecha de 2028.
Las compañías fabricantes de automóviles deben invertir
en nuevos modelos de vehículos eléctricos: asequibles,
reducidos y con bajo consumo de energía (también para
limitar el tamaño de la batería), pero también necesitan
desarrollar nuevos modelos comerciales, desplazándose
hacia la provisión de servicios dentro del contexto de
la movilidad eléctrica compartida, con el fin de reducir
rápidamente la propiedad de automóviles y, por tanto, el
stock total de automóviles. |
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