valenciadiario.com / valenciadiario.es

Diario digital Progresista / Ecologista / Solidario / Defensa del trabajador / Defensa del consumidor / Defensa de los animales


Patera en el Mediterráneo
Foto: Kevin McElvaney/MSF/2018

Fuente: SOS MEDITERRANEE y Médicos Sin Fronteras (MSF)
Valencia 12
de julio de 2018

COMUNICADO CONJUNTO
LAS CIFRAS DE MUERTOS EN EL MEDITERRÁNEO CENTRAL SE DISPARAN MIENTRAS LOS GOBIERNOS EUROPEOS BLOQUEAN LA ASISTENCIA HUMANITARIA

 

• En las últimas cuatro semanas, más de 600 personas, entre las que había muchos bebés y niños pequeños, han muerto o han desaparecido, presuntamente ahogadas, al intentar cruzar el Mediterráneo central. Estas tragedias, que representan la mitad de todas las muertes que se han producido durante lo que llevamos de 2018, han tenido lugar en un momento en el que la presencia de las embarcaciones de rescate de las ONG se ha ido reduciendo hasta desaparecer por completo.

Hace un mes, las autoridades italianas denegaron el permiso para que el barco de búsqueda y salvamento Aquarius, operado por SOS MEDITERRANEE y Médicos Sin Fronteras (MSF), desembarcara a 630 personas que habían sido rescatadas en el mar. Tras este episodio, otros navíos de rescate de otras ONG han sufrido también los bloqueos y obstrucciones promovidos por varios países europeos.

"Las decisiones políticas que se han tomado durante las últimas semanas en Europa han tenido consecuencias mortales. Los líderes europeos han decidido dejar que hombres, mujeres y niños se ahoguen en el mar Mediterráneo. Y lo han hecho a sangre fría. Esto es indignante e inaceptable", afirma Karline Kleijer, directora de emergencias de MSF. "En lugar de seguir obstruyendo deliberadamente la provisión de ayuda médica y humanitaria que dispensamos, en lugar de seguir impidiendo que salvemos la vida a personas que están en peligro de ahogarse, lo que tienen que hacer los gobiernos europeos es poner en marcha operaciones de búsqueda y rescate, de una manera proactiva y específica, en el Mediterráneo central".

Los políticos europeos han acusado en innumerables ocasiones a los barcos de rescate de las ONG que operan en aguas internacionales entre Malta, Italia y Libia de constituir un efecto llamada. Sin embargo, los acontecimientos de las últimas semanas demuestran, una vez, más que miles de personas desesperadas siguen tratando de huir de Libia, independientemente de que haya o no embarcaciones de rescate en el mar. La violencia, la pobreza y la guerra son los motivos que empujan a todas estas personas a arriesgar sus vidas y las de sus hijos, no el hecho de que haya buques de salvamento para tratar de salvarles.

Los gobiernos europeos son plenamente conscientes de los altísimos niveles de violencia y explotación que sufren los refugiados, los solicitantes de asilo y los migrantes en Libia, pero están decididos a evitar a toda costa que lleguen a Europa. Una parte clave de la estrategia para sellar el Mediterráneo es equipar, entrenar y apoyar a la Guardia Costera libia para que intercepten a estas personas en el mar y las devuelvan a Libia. Sin embargo, los barcos que no son de bandera libia tienen un impedimento legal para devolver las personas rescatadas a Libia, ya que este país no es reconocido como un lugar seguro para ellas. De acuerdo con las leyes internacionales y marítimas, todos los rescatados deben ser llevados a un puerto seguro. Y Libia no es este lugar.

Además, los guardacostas libios, apoyados por la UE, han interceptado a unas 10.000 personas en lo que va de año y las han llevado a centros de detención en Libia, a sabiendas de las terribles consecuencias que esto tiene para el bienestar y la vida de estas personas. Dejar que la Guardia Costera libia asuma toda la responsabilidad de las operaciones de búsqueda y rescate en el Mediterráneo se traducirá, inevitablemente, en más muertes y más sufrimiento.

A medida que se acerca el tradicional pico anual de intentos de cruzar el Mediterráneo, salvar vidas debería de ser la prioridad más urgente. Los traficantes sin escrúpulos, que no tienen consideración alguna por las vidas que están poniendo en riesgo, continúan subiendo a miles de personas en embarcaciones frágiles y no aptas para la navegación. Es necesario que se establezca un sistema con recursos suficientes y totalmente operativo que permita salvar vidas humanas. Mientras esto no exista, los barcos de rescate de las ONG tienen un papel vital que desempeñar, ayudando a las personas que están en peligro en el mar y evitando la pérdida innecesaria de vidas. Las ONG deben tener la libertad de utilizar los puertos seguros más cercanos para las operaciones de rescate, incluida la posibilidad de desembarcar a las personas rescatadas y el reabastecimiento de los buques.

"La decisión de cerrar los puertos a las personas rescatadas en el mar por parte de las ONG y la situación de confusión total que se ha creado en el Mediterráneo central ha llevado a que se produzca una mortalidad aún mayor en el cruce marítimo más letal del mundo", explica Sophie Beau, vicepresidenta de SOS MEDITERRANEE. "La responsabilidad de estas muertes recae sobre la conciencia de Europa. Los gobiernos europeos deben reaccionar inmediatamente y garantizar que se respeten plenamente las leyes marítimas y humanitarias internacionales en las que se enmarca la obligación de rescatar a las personas cuyas vidas están en peligro en el mar".

 

• © valenciadiario.com © valenciadiario.es - 2015-2018 (Todos los derechos reservados).
• Queda terminantemente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos ofrecidos a través de esta Web, salvo autorización expresa de valenciadiario.com, o de valenciadiario.es.
• Queda prohibida toda reproducción a los efectos del artículo 32,1, párrafo segundo, Ley 23/2006 de la Propiedad Intelectual. 
• Queda prohibida la distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta Web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa.