• Con motivo de la celebración el 3 de
marzo del Día Mundial de la Vida Silvestre, Ecologistas
en Acción ha elaborado un informe donde denuncia la
preocupante situación en la que se encuentran los
grandes carnívoros terrestres del Estado español.
• Los depredadores determinan la abundancia de todas las
demás poblaciones y su ausencia puede provocar cambios
importantes en los ecosistemas. Ecologistas en Acción
reclama que se tomen nuevas medidas para asegurar su
adecuado estado de conservación y frenar sus amenazas.
El lince ibérico y el oso pardo son dos especies en
peligro de extinción, muy conocidas y que están
recibiendo mucha atención por parte de las
administraciones competentes, incluyendo una estimable
financiación. A pesar de ello, Ecologistas en Acción
considera que su conservación continúa sin estar
garantizada. En el informe 'Depredadores amenazados. Oso
pardo, el lince ibérico, el lobo ibérico y el gato
montés' la organización ecologista denuncia que no se
está priorizando la conservación de su hábitat.
El lince ibérico ha incrementado su población en los
últimos años basándose en un artificioso programa de
cría en cautividad y de sueltas constantes que crean una
falsa imagen sobre su verdadera situación. Sin embargo,
se enfrenta a una sangría de bajas por atropellos,
disparo y caza con métodos de control de predadores y su
hábitat se sigue viendo notablemente afectado tanto por
el incremento de barreras que lo fragmentan como por los
proyectos de urbanización. Ecologistas en Acción
denuncia que los mensajes de las administraciones sobre
la situación y futuro del lince son demasiado
optimistas, puesto que sus poblaciones y sus hábitats
están cada vez más amenazados. En 2017 se encontraron
muertos 58 linces: 31 por atropello, nueve por la caza
furtiva y el resto por causas desconocidas o menores.
Por su parte, el oso pardo, aunque está experimentando
avances considerables en la población cantábrica,
especialmente en la zona occidental, sufre y mucho en el
resto de zonas, particularmente en el Pirineo, donde su
situación es muy preocupante. En Navarra y Huesca la
especie está abocada a la extinción, con tan solo dos
ejemplares machos, mientras que en el Valle de Arán, el
Parque Natural del Alto Pirineo (Lleida) y el noreste de
Huesca se cuenta con una población de unos 35 ejemplares
fruto de la suelta de osos eslovenos iniciada en 1996
por el Gobierno francés.
En lo que al lobo ibérico y al gato montés respecta la
situación es más precaria, ya que por desgracia no gozan
de la atención que reciben otros depredadores y son muy
atacados por sectores como el de la ganadería y la caza.
El gato montés continúa siendo una especie muy poco
estudiada, con poca información a nivel estatal sobre su
área de distribución y estado de conservación. Pese a
ello son muchos los trabajos de campo que confirman la
reducción de presencia y el incremento de la mortalidad
no natural. Esto requiere que las administraciones
pongan en marcha medidas urgentes para incrementar los
estudios sobre esta especie así como para evitar las
causas de la regresión de sus poblaciones, especialmente
la destrucción de su hábitat, la mortalidad debido a la
actividad cinegética y la hibridación con gatos
domésticos.
El lobo ibérico es quizás la especie mas emblemática y
que mas interés despierta para gran parte de la
población, pero posiblemente también es la especie de la
que mas ejemplares se mata cada año, tanto legal como
ilegalmente. Aunque se ha demostrado que los ataques del
lobo al ganado tienen solución mediante cambios en el
manejo del ganado y medidas preventivas, pese a la falta
de información científica actualizada sobre la situación
de la especie, y a pesar de la extinción del lobo
ibérico en Andalucía, Extremadura y el sur de
Castilla-La Mancha, las administraciones continúan sin
adoptar medidas para asegurar la conservación de la
especie. Por ello, el próximo 18 de marzo se realizará
una gran manifestación en Madrid para reclamar la
protección del lobo.
Los grandes depredadores son indispensables para el
mantenimiento de los ecosistemas. Su desaparición puede
causar importantes cambios en el paisaje, la vegetación,
la presencia de nutrientes, la proliferación de especies
invasoras, el número de incendios forestales o las
enfermedades infecciosas.
Ecologistas en Acción reclama a las administraciones
competentes que, de forma urgente, se pongan en marcha
medidas para actuar sobre las principales amenazas para
estas especies, como son la fragmentación y la pérdida
de hábitat, la actividad cinegética legal e ilegal y los
atropellos de fauna en las carreteras. |
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